Félix Loarca Guzmán
La sorpresiva elección en el Congreso de la República de un abogado poco conocido como nuevo Magistrado titular de la Corte de Constitucionalidad, para llenar la vacante que dejó el hoy vicepresidente, Alejandro Maldonado, ha levantado muchas olas en los diversos círculos del país.
El lunes pasado, durante una visita al Congreso, el Embajador de Estados Unidos en Guatemala, Todd Robinson, sorprendió a la opinión pública con declaraciones respaldando las demandas de los grupos civiles en contra de la corrupción.
Señaló sin tapujos que, en el Congreso algunas personas, se están burlando de la gente. Dijo que será un gran error si el Congreso de Guatemala no escucha al pueblo.
Criticó la forma como se efectuó la elección del magistrado para la Corte, Manuel Duarte, el pasado jueves, por considerar que se llevó a cabo de manera apresurada e inconsulta con la sociedad.
A estas alturas, son muchas las opiniones de diversas personas, coincidiendo en que fue una maniobra de la “aplanadora naranja-roja” de la alianza del partido oficial y el partido que se dice opositor, con el objetivo encubierto de fortalecer el dueto progobiernista de la Corte, integrado por los Magistrados Roberto Molina Barreto y Héctor Pérez Aguilera.
Se trata de un procedimiento viciado, blindando esa Corte en contra de los intereses del pueblo para impedir que el Presidente de la República, General Otto Pérez Molina, sea investigado en los tribunales por los casos de corrupción descubiertos en su gobierno.
Los políticos que actualmente gobiernan el país, están jugando al desgaste del pueblo en abierto desprecio a la voluntad popular, que exige cambios para poner freno al saqueo de los recursos del Estado.
En consonancia con las declaraciones del Embajador, de que en el Congreso se están burlando de la gente, hay que recordar el pensamiento del expresidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, (qepd), quien dijo: “Aquéllos que hacen imposible una revolución por medios pacíficos, harán posible una revolución por medios violentos”.
(P.D. No debe pasar desapercibido que el abucheo de que fue víctima el Embajador al salir del Congreso, fue un error de algunos manifestantes, pues él, en este caso, está apoyando el espíritu de las protestas de los guatemaltecos.)