Isabel Pinillos – Puente Migraciones
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La semana pasada Donald Trump anunció su postulación como candidato para Presidente en la contienda primaria del partido republicano en EE. UU. Trump ha sido mejor conocido por su papel de magnate todopoderoso, que baja del Olimpo para darle una oportunidad a 16 candidatos para manejar una de sus multimillonarias empresas, quienes compiten entre ellos bajo la consigna de que “en la guerra y en el amor todo se vale”. Las traiciones, intrigas y zancadillas son parte del espectáculo y casi hacen que valga la pena soportar la hora que dura el programa; pero el show alcanza su clímax al final, cuando uno de los participantes, posiblemente el chico que no quiso vender su alma al diablo, se sienta en la silla de los acusados para recibir de unos labios tensados la sentencia final: “Estás Despedido”.

Detrás de blancas torres de marfil se esconde la lengua, el órgano más peligroso del cuerpo humano, que puede lanzar llamas que provocan destrucción irreparable. Es así como la semana pasada la lengua venenosa de Donald Trump lo metió en grandes aprietos al declarar que México está trayendo a EE. UU. “drogas, crimen y violadores”. Obviamente, la generalización no sólo es sumamente ofensiva, sino también falsa. Además, sus pronunciamientos posteriores han hecho evidente que mete dentro de la misma categoría de “mexicanos”, a todos los indocumentados que cruzan por la frontera, lo cual es otra forma clara de racismo.

Su lengua siguió generándole problemas cuando afirmó que, de quedar electo Presidente, ordenará la megaconstrucción de un muro a lo largo de los 3 mil 200 km que separan Estados Unidos de México y luego obligará a este país a pagar por su construcción.

El discurso de Trump causó tanto escozor que personalidades del «entretenimiento», periodistas y políticos en EE. UU. y México se pronunciaron casi al unísono para repudiar al precandidato republicano, en solidaridad con los millones de hispanos que viven y aportan a ese país. Como parte de esta reacción, las cadenas de televisión Univisión, NBC y Televisa y el mismo Carlos Slim dieron fin a toda relación comercial con Trump y cancelaron los certámenes como “Miss Estados Unidos”, “Miss Universo” y su participación en “El Aprendiz”.

A pesar de todo, hoy Trump sigue defendiendo su postura, y quienes lo critican argumentan que es un candidato que no puede tomarse en serio, ya que con sus declaraciones se ha echado en contra el voto latino, el cual es decisivo en cualquier contienda electoral.

Sin embargo, además de preocuparnos que un individuo de esta clase pueda dirigir la primera potencia mundial, cabe reflexionar sobre cómo sus palabras representan el sentimiento de un grupo significativo, basado en discriminación e ignorancia. Su mensaje xenofóbico también está lleno de contradicciones, ya que gracias a los inmigrantes que quiere expulsar, fueron construidas las famosas torres de Trump en Nueva York, con mano de obra mucho más barata. Una buena parte del personal de servicio que atiende sus consorcios de hoteles y campos de golf son hispanos. La comida que se sirve en sus restaurantes es cosechada por aquellos que ofende con su discurso.

La idoneidad de su candidatura como presidente es muy cuestionada, pues antepone sus intereses, sin importar pasar por encima de otros. Su racismo hace que su postura ante la inmigración sea de exclusión, despertando peligrosas tendencias nacionalistas. A una semana de anunciar su candidatura, su lengua venenosa ha puesto a Donald Trump en la silla de “Aprendiz de Presidente”, y próximo en línea para ser recipiendario de la ominosa frase: “Estás Despedido”.

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