Roberto Arias

Cristina Siekavizza se ha convertido en un icono (sic) en Guatemala. Nació en 1977 y su desaparición el 7 de julio de 2011 se convirtió en una extensa cobertura en los medios guatemaltecos. Originalmente se creyó que efectivamente había sido un secuestro y fueron contratados investigadores privados para resolver el caso. Después de que pasaron varias semanas y no había una respuesta positiva ni los supuestos secuestradores se comunicaron con su familia, el caso fue trasladado a las autoridades.

Cuando la policía inició sus investigaciones, encontraron evidencia que incrimina a su esposo Roberto Barreda, por el posible asesinato de su desaparecida esposa. El 3 de agosto de 2011, Roberto Barreda desapareció junto a sus dos hijitos Roberto José de 7 años de edad y María Mercedes de cuatro. Hubo una orden de arresto internacional para Roberto Barreda en conexión con la desaparición y posible asesinato de su esposa Cristina Siekavizza.

El 21 de octubre de 2011, la madre de Roberto Barreda, Beatriz Ofelia de León, exmagistrada de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala, fue arrestada y encarcelada por corromper a la justicia en el caso Siekavizza.

La desaparición de Cristina y su posible asesinato ha tocado el corazón y la conciencia de muchos guatemaltecos para exigir justicia contra la creciente epidemia de femicidio y pedofilia que ocurre actualmente en el país. La familia y amigos de Cristina organizaron marchas por toda la ciudad de Guatemala (Obelisco; Avenida de las Américas; Vista Hermosa; Carretera a El Salvador; etc.) con el fin de concienciar a la ciudadanía contra las víctimas de la violencia doméstica.

El caso de Cristina Siekavizza dominó la prensa guatemalteca desde el momento en que se hizo pública su desaparición. Roberto Barreda, quien ahora se encuentra preso en Guatemala, fue finalmente capturado en Mérida, Yucatán, México, el 8 de noviembre de 2013 y los niños (sus propios hijos) que había secuestrado, sabiamente las autoridades los pusieron bajo el resguardo de la familia de Cristina.

Pero poco a poco se ha ido diluyendo el caso. Prácticamente los medios callaron sus voces con respecto al espeluznante caso. Casi es seguro que la madre del presunto asesino salió de la cárcel vía corrupción y la cosa y el caso siguen igual.

Es momento preciso para sacar a relucir de nuevo el caso Siekavizza, porque la grosería, la saña y la bajeza demostrada por Roberto Barreda, nos indica que no es un ente social que pueda convivir con la ciudadanía decente de nuestro país.

Me pregunto con tristeza, ¿Cómo es posible que semejante cobardía y atrocidad pueda seguir impune en Guatemala? ¿Cómo es posible que la corrupción penetre dentro de grietas de esta catadura moral? Es cierto que no se encontró el cuerpo de Cristina, pero eso no quiere decir que la justicia de Guatemala no encuentre los instrumentos legales para fusilar a este desgraciado de quien todos sabemos en nuestro fuero interno que él asesinó con un bate de beisbol a Cristina Siekavizza.

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