Marco Tulio Trejo Paiz

El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social fue creado en los ya lejanos días de la Revolución del 20 de Octubre de 1944 para hacer justicia a la masa de trabajadores del país que antes no tenían prestaciones en dinero ni en especie.
Los patronos de las empresas privadas no vieron con buenos ojos la fundación de la noble institución, y se dedicaron a negar sus bondades para con los laborantes, no sin calificarla de comunista, y todo porque las cuotas patronales, mínimas, no las toleraban los muy roñosos…
En los inicios del Régimen de Seguridad Social era poco el sector de trabajadores que cubría el Instituto en casi todos los departamentos de la República, mas, a estas alturas del tiempo, el número de afiliados es enorme, debe de estar acercándose a los dos millones o ya rebasó esa cifra.

El licenciado Óscar Barahona Streber, un costarricense súper especializado en asuntos de seguridad social, fue el primer gerente de la entidad de referencia, por cierto muy capaz, muy técnico y muy honesto. El titular de tal despacho era nombrado por la junta directiva, porque la institución tenía autonomía, la que hoy, desde hace años, pisotea abusivamente el gobierno.

El IGSS viene siendo saqueado en muchas épocas por la llamada “superioridad”, así como por los mandamases del instituto, al grado que el Estado le está adeudando millares de millones de quetzales.

Yo he trabajado en dos ocasiones en el instituto y por eso sé cómo se ha manejado.

Recientemente, fue descubierta una mafia de burócratas de elevada y mediana categorías en el IGSS, la que se levantó más de cien millones y se investiga a fondo esa situación.

En la telaraña pueden caer otros sinvergüenzas que también podrán envejecer en las mazmorras.

Los tribunales están condenando a muchos años de prisión a los delincuentes, como para vivir entre rejas hasta el final…
Los árabes no se andan con requilorios ni titubeos para ahorcar a los compinches de Alí Babá… ¿Verdad, mi querido incorruptible amigo Juan Pueblo?

 

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