Raymond J. Wennier
Siempre en el tema de transformación, sabemos que las habilidades más importantes del siglo XXI son: Comunicación, colaboración, pensamiento crítico/creativo, trabajo en equipo, resolver problemas reales en contexto, integrar y aplicar los conocimientos previos con los nuevos, liderazgo, entendimiento de diferentes culturas (“cross” cultural).
Benjamín Bloom ha proporcionado una serie de categorías de pensamiento y sus habilidades que son las más importantes en la planificación de las lecciones que hacen los maestros para el aprendizaje de los alumnos. Son divididas en “Lower Order thinking skills” (LOTS) que son las más básicas. Recordar datos e información aprendida. El pensamiento es superficial, es repetir los datos de un contenido. Algunas palabras que representan esta categoría son listar, recitar, nombrar, reproducir igual, etc. También en la misma categoría, está el entender o comprender las instrucciones, parafrasear, distinguir, generalizar, ejemplificar, etc.
La siguiente categoría es a la que yo denomino “MOTS” (“Medio Order Thinking Skill”). Este nivel es más complicado que el anterior. Se trata de APLICAR y ANALIZAR. Frases que definen aplicar son: usar un concepto en una nueva situación, cambiar para aplicar, construir nuevas ideas, manipular, modificar, etc. El otro término, analizar consiste en separar conceptos en componentes pequeños para poder entender la estructura, distinguir entre hechos e inferencias, comparar, diferenciar, etc.
La tercera categoría “HOTS” (Higher order thinking skills), tiene la evaluación y creación. Evaluar es hacer juicios acerca del valor de ideas o materiales; seleccionar la solución más efectiva, explicar y justificar un punto, etc. Creación es, construir una estructura o patrón de elementos diversos, juntar partes para formar un todo, crear un significado o estructura nueva, etc. La planificación requerida va de lo más común todavía, 1 y 2 hasta llegar al más complejo que son las categorías 5 y 6. El siglo XXI requiere que los alumnos pueden usar los “HOTS”.
Todos los aspectos anteriores comprueban que no se puede encajonar a los alumnos en un molde único de calidad, con el fin de obtener la nota más alta, sino con el de lograr la excelencia. El alumno es único. Las metodologías para el aprendizaje han cambiado, son diferentes que antes para poder satisfacer las 4 formaciones de los alumnos. La evaluación de aprendizaje también ha sufrido un gran cambio en este siglo. Es más bien una evaluación para el aprendizaje.
Digo que la excelencia es un nivel más alto porque no tiene un fin medible, es un proceso continuado de las formaciones para los alumnos que sí pueden ser evaluados, pero con formas múltiples y diferentes que lo usado en la medición de productos de “calidad” del siglo pasado. Los alumnos no son productos, no son todos iguales.
En las primeras entregas hice un análisis de las diferencias entre la “Calidad Educativa” y la “Excelencia Educativa”. Mantengo, en base a mi criterio y experiencia como educador, que usar “calidad” es del siglo pasado, mientras que “excelencia” es el que hay que procurar para el presente siglo.
La próxima entrega de esta columna tratará específicamente el tema de la necesidad urgente de una TRANSFORMACIÓN del Sistema Educativo Público para Guatemala, que permita la preparación y formación completa (ser único y sistémico) del alumno en el siglo XXI. Sigue.