Isabel Pinillos
ipinillos71@gmail.com

Ahora que se encuentran en discusión las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), pareciera ser el momento propicio para agregar al paquete de reformas, la inclusión del voto en el extranjero para garantizar el principio de igualdad a los 2 millones de connacionales que inyectan al país con sus remesas, aliviando una buena parte de la economía nacional. El voto en el extranjero permitiría democratizar este derecho, y su inclusión en el proceso electoral permitiría focalizar a este importante segmento dentro de los planes de gobierno y planificación de políticas públicas.

Aunque Guatemala reconoce formalmente el derecho al voto para todos sus ciudadanos, tanto en su Constitución, como en tratados internacionales que ha ratificado, en la práctica este derecho no puede ejercerse en el exterior sin la modificación a la LEPP, la cual tendría que regular la forma de votación, los cargos a elegir y los mecanismos que aseguren la transparencia en el extranjero.

Aunque han existido varias iniciativas para reformar la LEPP en relación al voto en el extranjero, éstas no han logrado ser aprobadas por el Congreso por falta de voluntad política de los legisladores.

En un esfuerzo para la democratización de los países del mundo en una era globalizada, el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional) junto con otras instituciones reconocidas, diseñó en 2008 un manual para que legisladores y académicos tuvieran un modelo que facilitara la implementación del voto en el extranjero en sus respectivos países. La profundidad con la que se aborda el tema, y el análisis comparativo de varios países como México, Honduras y Brasil, hacen de este una consulta obligatoria. (http://www.idea.int/publications/voting_from_abroad/upload/Votex-SPA.pdf)

Una de las críticas más fuertes en contra del voto en el extranjero ha sido la baja participación de los ciudadanos inscritos, como en el caso de Honduras en 2005, donde únicamente alcanzaron el voto de 2.89% de los electores registrados en el extranjero. La baja participación en los procesos electorales afuera del país se atribuye a distintos factores, como falta de información de los votantes, la lejanía de los centros, la carencia de los documentos necesarios o el temor de los indocumentados de acudir a las urnas por su estado migratorio.

La representación en el Congreso es una de las principales motivaciones para el voto en el extranjero. El hecho de que el10% de la población guatemalteca resida en EE. UU., justificaría la asignación de un escaño en el Congreso como distrito electoral. El número de casillas podría calcularse en proporción a los votos emitidos en el exterior con relación al conteo nacional, lo cual fomentaría la participación en el extranjero.

En cuanto a la dificultad de regular el financiamiento de las campañas electorales en el extranjero, el ente electoral mexicano adoptó un sistema en el cual prohibió a los partidos cualquier tipo de propaganda en el exterior, y envió DVDs a sus electores con los diferentes planes de gobierno para que todos los partidos tuvieran igual exposición.

Para que el voto en el extranjero sea exitoso, es necesario crear toda una infraestructura y logística en base a una ley bien pensada. Lo importante es abrir la puerta legal para que esto pueda ser una realidad en futuros procesos electorales. Ahora que la protesta social está presionando al Congreso para que haga su trabajo, es el momento para buscar una reforma integral a la Ley Electoral y de Partidos Políticos para que los guatemaltecos en el extranjero dejen de ser ciudadanos de segunda categoría y participen activamente en las decisiones que forjan su futuro.

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