“No es una secuencia de algo que yo admiro y respeto, es solo mi filosofía en este siglo XXI».

Patria, vamos a caminar, mas no será la caminata inconclusa que otros trataron de realizar. Nosotros trajinaremos juntos los mismos caminos, lo haremos con la mentalidad alimentada con el alumbramiento de que setenta y un años después, hemos descubierto que las filosofías separatistas extranjeras no contienen en sus renglones la respuesta a nuestros problemas. Caminaremos juntos, a sabiendas que terminaremos descubriendo que es de más beneficio para el alma nativa, levantar a los caídos producto de nuestros deseos de conseguir la patria que hemos soñado siempre, los levantaremos a todos sin distinción, sin indagar que bandera enarbolaron, enalteceremos sus nombres y honraremos su esfuerzo, lo haremos patria bella, con los ojos vendados y con los oídos obstruidos, para que voces con acento extranjero no obstruyan los sueños, y que nuestros antepasados en nuestro lado noble, descansen en paz, pues al final prevalecerá su única consigna…

“Que nadie se quede atrás”.

Cuyo significado será algo que ideólogos nativos y del rededor del mundo nunca podrán cambiar, ni ejércitos que se envuelven en ideales bélicos socialistas para entregarnos a sus protectores en la Europa del Este o los supuestos defensores de la constitución legalmente uniformados supuestamente autorizados por nuestra constitución, la que masacran, porque se convierten en terroristas de estado, donde ellos son perseguidos, jueces y ejecutores a la vez, sin el debido proceso, aniquilando con alevosía y abuso de poder, el estado de derecho.

Patria mía… todos ellos, todos nos ofrecen una libertad condicionada, donde nos fuerzan a creer como ellos o morimos con su plomo frio. Algo que el guatemalteco limpio, libre e inteligente de nacimientos y sin compromisos, jamás aceptara. Son ellos y sus oderales patria mía, la farsa más grande en el universo, no llega ni a mentira piadosa, los dos grupos en el conflicto, nunca han conocido esa libertad sin condiciones ambos son simplemente piezas en un tablero del juego de las guerras de los poderosos, donde son entrenados a obedecer órdenes, con frecuencia sin ética, sin sentido común y sin un propósito concreto de fidelidad a lo que juran.

El conflicto con el nombre armonioso de revolución, y la guerra con nombre patriótico de defensa de la libertad y los derechos de todos, nunca puede cumplir lo que ofrece. Patria, tu y yo sabemos que nada que manche tu suelo sagrado de sangre de hermano, que enlute, contamine de odio y corrompa el alma del combatiente y de resentimiento al inteligente que decide no participar y se queda neutral, puede ofrecer la oportunidad de vivir en paz.

“La paz, nunca será parte de la guerra, los conflictos pueden parar, lo devastador de lo sufrido impunemente nunca”. La realidad patria mía, la hemos sabido siempre, no obstante, convenientemente la ignoramos, es demasiado el dolor, ha sido enorme la perdida de tu patrimonio y la fe en nosotros mismos, es por eso patria mía, que insisto… ¡te invito a caminar! Marchemos juntos, que juntos llegaremos a ese lugar deseado.

Platicaremos, lo sabemos y lo hemos sabido siempre, que mientras permitamos que el odio causado por nuestra ignorancia sobreviva, habrá conflicto. Mientras exista hambre, los poderosos del mundo nos manipularan y se saldrán con la suya, no importa que ideología usen. Mientras exista la ignorancia de cómo el mundo funciona, habrá caudillos uniformados constitucionalmente o inconformes dispuestos a uniformarse inconstitucionalmente, dispuestos aprender a matar sin misericordia y analizar las órdenes, porque aunque haya reglas de combate, en los tratados internacionales, la ambición de poder los corrompe y la constitución que ampara al ciudadano común y corriente, que cubre también sus acciones deshonestas en batalla es neutralizada”

“Lo sabemos Patria Mía, siempre serán ellos, los que poseen las armas, mas no la consciencia, los eternos serviles, ¡ah! porque son serviles, los seres que por interés propio desean entregarnos como pueblo al mejor postor, sin ninguna condición, porque han perdido el poder de negociar la deuda adquirida en armas y préstamos, lo que al final los convirtió en mercenarios dispuestos a llevarnos a morir o a matar por la misma utopía que ha cegado nuestro verdadero desarrollo”.

Mientras no glorifiquemos internamente la consigna autóctona con toque ancestral, de “Nadie se quede atrás” para que todos al unísono salgamos adelante sin corromper nuestro espíritu, habrá siempre hermanos al lado del camino, esperando por los hábiles de pensamiento y corruptos de corazón, prestos a convencerlos, que el que pelea por su patria, según ellos, muere héroe. Más nunca les dicen que patria, la supuestamente nuestra, o la del poderoso, ya que el sacrificio del nativo y del criollo, ha sido simplemente para fertilizar nuestros campos y contaminar ríos y mares, nunca para conseguir la verdadera libertad incondicionada.

Las potencias del mundo con cada perdida nuestra, se vuelve más prospera, mientras que la supuesta patria nuestra, permanecerá dependiente, dilapidada y pobre en los cuatro puntos cardinales.

“Que nadie se quede atrás” Por lo mismo ¡Patria vamos a caminar! Lo haremos con la entera certeza, que hoy ya conocemos el camino, ese que nos lleve a todos a la cima, desde donde podamos ver que izquierdista y derechista son solo dos adjetivos, porque hemos aprendido que las filosofías políticas en realidad son, herramientas diabólicas separatistas y obsoletas. Son rutas patria mía, que no llevan a ninguna parte.

Hemos despertados ¡Y DESEAMOS EL CAMBIO! Despertamos con el entendimiento que vivimos en una época, donde aunque nos cueste, tenemos que mantenernos alejados del partidismo y su política de corrupción y promesas irrealizables. Me gusta pensar que hemos encontrado la ruta que nos lleve a un punto donde un común denominador sea el timonel, la unión y el interés comunal imperecedero en los pueblos de buena voluntad, donde las ideologías políticas no determinen quien trabaja o quien no, donde el ser sea aceptado por su capacidad y no por la cantidad de engrudo o pintura que uso para dilapidar con grafiti tus calles, caminos y herraduras en tiempo de campaña, donde los salarios sean para sostener a una familia que un día sea productiva como en los países capitalistas de verdad y los estados socialistas con nuevas ideas, y no crezca con ese resentimiento de haber sido explotada como en nuestra patria, y su sistema de cartel del bajo mundo. Para que nunca jamás nos convenzan, que por no pensar como ellos, el hermano, el amigo,  se convierte automáticamente en enemigo, y sea ajusticiado y abandonado en cunetas, montañas y ríos.

Caminemos patria, para que mientras trajinamos esa tierra sagrada, nos podamos quitar la venda de los ojos y la gaza de la boca, para que se nos aquiete la conciencia, y podamos balbucear juntos esa frase célebre usada con frecuencia, por costumbre y sin convencimiento, “Amor al prójimo o Te Amo Guatemala” que de hoy en adelante convencidos que es eso lo que en realidad es lo que deseamos decir. Que el amor genuino por Guatemala, sea la base de una relación de comprensión y tolerancia, para que entre hermanos, todos, ejércitos y civiles alimenten, lo que crie el elixir que sostenga la sabia donde florezca la Ishmucane que todos deseamos.

Patria vamos a caminar, para enfrentarnos unidos a la negativa de no haber sido los autores directos de nuestra propia historia. Por ende decirle al mundo que las marchas convertidas en querellas de todos como nunca unidos, son reales.

El Shecanito
Byron A. Quezada Díaz.

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