Estimado Director:
El pasado 21 de mayo leí una columna suya titulada “Imposible honrar compromisos corruptos” en la que se me aludía directamente en relación al contrato de usufructo oneroso que se adjudicó a la empresa española “Terminal de Contenedores de Barcelona” (TCB) para la construcción  de una nueva terminal de contenedores en Puerto Quetzal. Respecto a los comentarios vertidos creo conveniente hacer unas consideraciones:

1. Como Embajador de España es parte de mis funciones dar apoyo institucional a las empresas españolas que vienen a invertir y a establecer relaciones comerciales en este querido país. Por tanto, mi presencia en algunos actos relacionados con este importante proyecto de modernización de Puerto Quetzal entra dentro de la normalidad y en modo alguno tuvo como propósito “apuntalar” al presidente Pérez Molina ni al entonces interventor de la Portuaria Quetzal Sr. Allan Marroquín.

2. TCB es una empresa con prestigio tanto en España como en los países en los que ha trabajado y opera puertos en la actualidad. Es reconocida por su profesionalidad, competencia y su apego a la legalidad.

3. Lamento y rechazo su afirmación de que “como Embajador de un país que se dice amigo, viera en el sistema de corrupción la oportunidad para promover ciertos negocios”. No entra dentro de la ética de esta Embajada ni de su titular este tipo de comportamientos.

Saludos
Manuel Lejarreta Lobo
Embajador de España
en Guatemala

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