Julio Roberto Bermejo González
Doctor en Derecho

En publicación anterior (La Hora 22 y 23 de mayo de 2015) me permití señalar que el presidente Pérez Molina, atendiendo la indignación y el clamor popular, debía presentar su renuncia, pero el hombre es soberbio y pretende vender la idea de que ahora se va a preocupar por identificar los medios de corrupción en su gobierno. Lamentablemente eso no es cierto ni puede ser aceptado porque él mismo y la señora Baldetti son responsables de corrupción y enriquecimiento indebido y como consecuencia no puede tener la calidad moral para identificar a los que han caído en corrupción dentro de su gobierno. Que ridícula la expresión que tuvo en relación a la señora Baldetti al afirmar «la felicito por el trabajo que realizó en favor de la transparencia» y será ridículo también que continúe afirmando que la corrupción en todos los ámbitos del gobierno no eran de su conocimiento y que es prioritario en su accionar combatirla.
Ya se salió de la señora Baldetti aunque es de esperar que el asunto no quede en arraigarla, porque la parosidad de nuestras fronteras y la influencia que ella todavía tiene en muchos funcionarios y empleados del gobierno no debe desestimarse. Ella se constituyó en el foco originario, según la prensa, de la corrupción al más alto nivel y como consecuencia es de esperar que el Ministerio Público y la CICIG hagan los planteamientos penales que corresponden.
Se eligió un Vicepresidente y la Sociedad Civil le dio la bienvenida, con la esperanza de que verdaderamente tomara las riendas del poder y dirigiera con sabiduría y firmeza el accionar del gobierno, pero todavía estamos esperando del licenciado Alejandro Maldonado la expresión de fortaleza que es tan necesaria en estos momentos y no se pierda en sacar al escrutinio público uno u otro candidato para Secretario General de la Vicepresidencia; ánimo, voluntad, fortaleza y energía señor Vicepresidente.
Algo más a lo que debe ponerle especial atención la Sociedad Civil que está indignada, es al caso de la Magistrada Presidenta de la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia, licenciada Blanca Stalling, y ésta también afecta a los demás miembros de la Corte, porque ante los señalamientos criminales que se le han formulado a su hijo Otto Fernando Molina Stalling y los graves señalamientos que se le hicieron cuando se eligió a la Corte Suprema y la mención que se hace de su nombre en las grabaciones del Caso IGSS-Pisa, simplemente se le autorice una licencia para ausentarse un mes de sus funciones, lo que dará lugar a que de lleno se meta a defender, detrás de bambalinas, el caso de los sobornos en que está involucrado el hijo. No estamos sugiriendo que no se respeten los principios de inocencia y debido proceso, pero los señalamientos tienen tal nivel de gravedad que por razones éticas ella ya no debe formar parte de la Corte Suprema de Justicia y debe demandársele que renuncie y se evite el trabajo de influencias y ésto debe ser especial preocupación de los demás miembros de la misma, ya que a ellos les corresponde buscar la manera de preservar la dignidad de ese alto Organismo del Estado. A la Sociedad Civil le corresponde plantarse ante la Corte Suprema de Justicia y exigir la renuncia de la magistrada Stalling. Como lo señala la periodista Lucía Escobar: No le toca a los ladrones. No le toca a los corruptos. No le toca a los mentirosos.

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