Eugenio R. Fernández
El 21 de noviembre en “Inter Press Service” salió una notica firmada por Carey L. Biron que titulaba en inglés “Proposal for International Anti-Corruption Court Seeing “Significant” Momentum” La notica captó mi atención y la leí, posteriormente seguí la fuente de la información para poder presentar lo más destacado en esta columna.
La propuesta de una Corte Internacional Anticorrupción o IACC por sus siglas en inglés nace del Juez Federal del Distrito de Massachusetts de los Estados Unidos Mark L. Wolf y lo que propone es que se cree la Corte Internacional Anticorrupción para que funcione de forma similar a la Corte Penal Internacional o ICC por sus siglas en inglés.
El hecho es que la corrupción se ha convertido en un problema endémico, a los más altos niveles en muchas naciones y en países como el nuestro, crean situaciones insostenibles. Afirma el togado que el costo de lo que él llama “Grand Corruption” es altísimo y hay una gran correlación entre la gran corrupción y los abusos a derechos humanos más serios. En Guatemala la corrupción mata al no tener hospitales proveyendo servicios básicos y condena a la pobreza a los jóvenes y el futuro de Guatemala con un sistema educativo caduco y totalmente inefectivo.
Lo que este Juez propone es sencillo, la experiencia estadounidense provee un modelo para la propuesta internacional. Lo explica muy fácil, en Estados Unidos la corrupción existe, especialmente a nivel estatal y local, los Estados Unidos no se apoyan en fiscales y jueces electos, ya que ellos son parte del sistema político al que tiene que investigar y perseguir. En su lugar ellos se apoyan en los fiscales y jueces federales que permite perseguir y condenar a los funcionarios estatales y locales corruptos.
La corrupción a gran escala, como tenemos en Guatemala, necesita una cultura de impunidad para subsistir. En los países como Guatemala, no se tiene ni la voluntad (caso Gudy Rivera) o la capacidad para investigar, procesar y juzgar la corrupción. Los entes encargados están comprometidos con el sistema impune que los eligió. Es claro que en los países corruptos se crea un clima político ideal para que las mafias pululen, la violencia se incremente y el narco florezca amparado en un sistema diseñado para lograr la impunidad. En el caso de Guatemala llega al 98%.
Afirma el togado que existen suficientes acuerdos internacionales como el Convenio Contra la Corrupción de Naciones Unidas, o la propia Organización Mundial de Comercio que requiere que sus miembros combatan la corrupción.
Otra forma de obligar a los países sería que los que no firmen someterse a dicha corte se le niegue cualquier acceso a financiamiento de entes internacionales y se bloquee cualquier tipo de ayuda internacional.
Leer este artículo me devolvió un poco la esperanza que podemos salir del agujero negro en que nos encontramos, pero solos no seremos capaces. La impunidad en Guatemala está muy bien organizada y se encuentra en todas partes.
Propone el Juez que para que los países firmen el acuerdo será requisito para que pertenezcan a la OMC o reciban créditos del sistema financiero mundial o ayuda internacional tendrán que suscribir y sujetarse a la IACC.