Factor Méndez Doninelli
En Guatemala un alto número de niñas, niños y adolescentes urbanos y rurales viven en pobreza y extrema pobreza, son población vulnerable, desprotegida, estigmatizada, discriminada, violentada, excluida y criminalizada, en condiciones precarias, exceptuados de las oportunidades del desarrollo y de las obligaciones vinculantes adquiridas por el Estado al ratificar Convenios y Tratados Internacionales de Derechos Humanos, de educación y de derechos de los pueblos indígenas.
En educación, la Convención Internacional sobre los derechos de la niñez, aceptada y ratificada por Guatemala desde 1990, define el derecho a la educación, “…el acceso se fundamenta en la equidad y la oportunidad… La disciplina debe ser consistente con la dignidad y el derecho de la niñez a ser protegidos de toda forma de violencia… Han de implementarse medidas para reducir limitantes en el acceso como la pobreza y la discriminación… El aprendizaje trasciende la educación formal; ofrece amplia gama de experiencias de vida.” En este sentido, Guatemala tiene una deuda social difícil de ocultar; el actual Gobierno oligárquico militar neoliberal (Pérez-PP) ha limitado el acceso a la educación, la inscripción escolar en el nivel de primaria se ha reducido, dato que contrasta con los indicadores de la administración anterior (Colom-UNE) que logró incrementar el número de inscripciones, en otras palabras, la actual administración es responsable de retroceder en inscripciones escolares.
Christian Skoog, representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF (por su acrónimo en inglés), sostuvo: “Detectamos un avance importante hasta 2010 y después una reducción según las cifras; un factor determinante fueron los programas de transferencias condicionales en ese entonces, se llegó a un 98 por ciento de acceso a la educación primaria, ahora ha disminuido.” Respecto a la educación secundaria, el mismo funcionario señaló: “En secundaria la situación es preocupante, solo el 43 por ciento de los adolescentes asisten a la escuela; además, no existen suficientes centros para brindar educación al 57 por ciento restante de jóvenes que actualmente no estudian. Ante la falta de oferta educativa los jóvenes deben optar a la educación privada, la cual tiene un costo que muchas veces no es accesible.”
Otra preocupación es la migración infantil, sobre esto Skoog manifestó: “Creo que la base de este problema es la diferencia en las condiciones de vida, la pobreza en general y la falta de oportunidades, que sumado a la violencia solo provoca el deseo de migrar. Si no hay oportunidades económicas y la violencia se generaliza, la posibilidad de tener un mejor nivel de vida gracias a la migración es una opción.” Agregó: “Creo que si no hay oportunidades de estudio, acceso a la salud y al trabajo, la violencia se vuelve una opción. Por eso la migración es una opción, pues para muchos es menos negativo que viaje un joven a que sea cooptado por las pandillas.”
Sobre el futuro de la niñez guatemalteca, sostuvo: “Con la situación actual realmente la niñez no tiene un buen futuro, porque aunque hay avances, estos son demasiado lentos y desiguales.”
Respecto a los esfuerzos del Estado, el experto recordó lo dicho en la Convención: “El artículo 4 habla sobre el deber del Estado, según los recursos disponibles y el máximo esfuerzo en adquirir los recursos necesarios sin excusas; sin embargo, el Estado de Guatemala es el más pobre respecto al PIB a nivel mundial, aunque no se vale ser conformistas y se debe buscar los fondos. Actualmente, Guatemala invierte solamente el 21 por ciento del presupuesto en la niñez, que es un 48 por ciento de su población.”