Gladys Monterroso
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“La justicia es la constancia de una perpetua voluntad” San Bernardino de Siena

Como parte de la comunidad universitaria he escuchado la palabra “Justicia” por años, en mis actividades diarias, la sigo escuchando e invocando por lo que, es interesante reflexionar sobre el significado de la misma. Desde épocas remotas la aplicación de la Justicia ha sido una necesidad por parte de la humanidad, con el paso del tiempo esa necesidad ha ido en aumento, pero ¿Qué es la Justicia?

La denominación de Justicia puede tener muchas acepciones, pero dentro de ellas las más importantes son las que se refieren a la Justicia como la virtud de un hombre, se particulariza la misma en relación al individuo que la práctica, por lo tanto el hombre virtuoso es un hombre que entre muchas virtudes tiene la de la justicia.

Actualmente se hace necesario para la sociedad, que tratemos de incluir dentro de nuestros valores del diario vivir, no solamente el término Justicia, tenemos que aplicarla, en cada uno de los procesos de nuestra vida, no como un término, sino que como una forma de vida, puede ser que resulte en algunos momentos incomprensible, como se puede aplicar este valor que debe ser el más importante de los que podamos persistir en llevar a cabo.

Por ejemplo: ¿Es justo que no haya dinero circulando, porque unos pocos concentren en sus manos toda la riqueza movible? Y no me estoy refiriendo a la oligarquía, a quien le conviene que el dinero se expanda, porque sale de sus arcas y regresa.

El problema actual, en relación a la falta de circulación de dinero, tiene su principal origen en la más asquerosa corrupción que hemos vivido en los últimos tiempos, no hay dinero que alcance a la clase trabajadora, los negocios no se concretan y las fuentes de trabajo son prácticamente inexistentes.

Aunado a lo anterior no existe día, en que los principales medios de comunicación escrita, (porque de la televisiva poco se puede esperar) en que no se destapen nuevos casos del robo descarado de la recursos públicos.

Sin embargo, la megaSAT, se suma al vendaval que arrasa con todos los bienes gubernamentales, e insiste en llevar a cabo otro sucio negocio, y nada menos que trasladar muchas de sus atribuciones, que en sí, si lo vemos en la más profunda legalidad, la misma SAT, resulta siendo inconstitucional, si señores, pero es un tema a tratar con más profundidad, que podemos pensar los contribuyentes al saber que se declare la institución incompetente de realizar sus atribuciones e insista en trasladarlas ilegalmente a extranjeros.

Y así, si hacemos un recorrido a través de todas las instituciones, el 2% serían las únicas que no adolezcan del pecado original de la falta de la virtud más importante: La Justicia.

Esa Justicia que no es aplicable solamente a los tribunales, también lo es al actuar de los demás funcionarios públicos, desde el presidente de cada uno de los organismos del Estado, hasta el último de los conserjes de cada una de las instituciones del Estado y sus derivados.

Para mayor desazón de la población, en los hospitales no hay medicinas (Cantaleta diaria) y los diferentes ministros, han trasladado buena parte del presupuesto al pago de comisiones, sin contemplar calidad alguna en el gasto.

Por lo anterior, y muchos elementos más, nos sentimos desahuciados ante un sistema que no funciona, y no necesariamente es el sistema en sí, se trata más que nada de las personas, en las que no existe un sentimiento muy importante, y este es: Mística de servicio al prójimo es considerado que solamente un 10% de los funcionarios la tiene.

Si usted es funcionario público, pregúntese ¿A quién me debo? Si su respuesta es a la sociedad, probablemente está en periodo de extinción, si no lo es, debe replantearse su vida, que las cuentas morales, siempre las entregamos, en algún momento.

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