Lic. Douglas Abadía Cárdenas

La cultura es el conjunto de valores, costumbres, creencias y prácticas que constituyen la forma de vida de un grupo específico.[1]  Menciono el concepto anterior debido a que cuando transito por el Centro Histórico en la zona 1 capitalina he notado que muchos ciudadanos ignoran a qué instituciones públicas deben acudir para solicitar servicios de salud, educación y aspectos legales como el Ministerio Público, Gobernación Departamental, entre otras; aparte de que se ignoran en buena medida las competencias de cada institución.

La población guatemalteca es radical a la hora de evaluar lo hecho por los gobernantes, existe una tendencia a criticar sin fundamentos, la clase política se encuentra por los suelos, son pocos los ciudadanos que conservan un porcentaje de esperanza y confianza en el desempeño de los funcionarios públicos.

Al mencionar el concepto de cultura, quiero hacer hincapié en las prácticas que constituyen la forma de vida de grupos específicos, pues he notado que en la mayoría de ciudadanos chapines resulta más fácil conservar en sus memorias los números telefónicos de empresas que proveen comida rápida, gas propano, servicio al cliente, consultas de saldo de las telefonías que operan en el país, etc.

Por el contrario, si uno le pregunta a un ciudadano promedio los números telefónicos de las instituciones públicas que pueden y deben atender nuestras necesidades en diferentes aspectos como la salud, seguridad, desastres podemos evidenciar que simplemente no los saben; este aspecto es de suma importancia pues el factor tiempo es fundamental en cuanto a la respuesta de las instituciones e influye como en el caso de los cuerpos de socorro en salvaguardar la vida de los ciudadanos.

Considero conveniente el crear campañas de divulgación de los números telefónicos de instituciones como los cuerpos de bomberos, Policía Nacional Civil (aunque no exista confianza en dicha institución), el IGSS, PROVIAL, CONRED por mencionar algunas.

No cabe duda que lo público siempre está en desventaja con el sector privado, hemos sido incapaces de fortalecer al Estado pues es un tema al que nadie le quiere entrar, los más propositivos de la sociedad civil se limitan a recomendar, pero nadie asume responsabilidades ciudadanas, el ciudadano chapín parece que con pagar impuestos ha cumplido sus responsabilidades ciudadanas pues no se ha entendido aun la relación entre derechos y obligaciones y es comprensible pues en la Constitución Política de la República de Guatemala aparecen un sinfín de derechos para todos los guatemaltecos pero en la práctica es lo contrario, aunado al ingrediente de que culturalmente siempre esperamos a alguien que haga las cosas por nosotros, somos una sociedad carente de iniciativas de carácter público, para lo que somos mejores es para crear negocios, franquicias, tecnología, redes de emprendedores, en pocas palabras nadie se preocupa por nadie, esto evidencia el individualismo en el que se vive en el mundo de hoy.

Resumiendo podemos afirmar que la cosa pública es tarea de todos, no se trata de defender a los funcionarios públicos pues desde este espacio hemos evidenciado deficiencias en administración pública, compadrazgos, nepotismo, corrupción y la inviabilidad de algunas propuestas de los gobiernos constructivamente con argumentos y fundamentos; se insiste en tratar de evidenciar también la apatía, desconocimiento y desinterés de la población guatemalteca, pues hemos vivido bajo la figura paternalista del Estado.

 

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