Marco Tulio Trejo Paiz
Los usuarios de la fuerza motriz estamos pagando cada vez más agobiantes tarifas impuestas arbitrariamente por la EEGSA (Empresa Eléctrica de Guatemala), dizque de Guatemala, y bien podemos dejar un mes cerrada la vivienda que lo mismo nos cobra ese ente explotado por extranjeros amalgamados con acaudalados chapines.
Se supone que eso ocurre contra los millones de clientes de la citada empresa, a la que ninguna entidad frena sus abusos.
Si el país tuviere un servicio energético como el de los israelitas, la clave favorable sería eficaz para evitar que nos desplume la avorazada Nana Calixta…
Israel, pequeño estado del Cercano Oriente, cuyo territorio es como el de Petén o el de El Salvador, casi ha generalizado la utilización de la energía solar de punta a punta de su suelo.
El estado judío es el pionero del uso de la energía solar. Tiene todo un espectro de instalaciones en zonas estratégicas urbanas y desérticas como en el caso del Néguev, agrícolamente hablando.
Produce la energía aprovechando admirablemente la radiación solar que es óptima en todo tiempo. De esa guisa, prácticamente ha cubierto toda su extensión territorial y sigue impulsando así su gran desarrollo.
Novedosos métodos destinados a la producción de células de silicona están siendo investigados en la Academia Tecnológica de Jerusalén. Son células de un cristal único de mucha eficiencia, y en la Universidad de Tel Aviv delgadas capas amorfas de silicona.
En la década de los 90, el gobierno encargó a la Universidad Ben Gurión convertir el Centro Nacional de Energía Solar Ben Gurión en un establecimiento dedicado a la investigación del astro rey. Con sus nuevos operadores, el centro da cobertura en una serie de temas.
Sería prolijo extendernos más con relación al progreso alcanzado por Israel en materia de energía solar que favorece especialmente en lo económico a la población.
Millonarios hombres de empresa de Guatemala, conjuntamente con el gobierno de turno, podrían innovar las instalaciones de energía eléctrica con las de carácter solar, ¡pero, pero…, hay muchos peros!, ¿no?
