Un tal Martín Banús hace gala de su racismo en su columna de opinión publicada en el vespertino La Hora el día 11 de noviembre de los corrientes, titulado: “El indígena feo”. Seguramente, como fiel heredero del odio racial que sentían sus antepasados hacia nosotros los indígenas, sin compelerse y bajo el falaz argumento de que puede decirse lo que se quiera en el marco de la libertad de expresión escupe una sarta de oprobios contra la población indígena. Ninguna libertad y ningún derecho puede ejercerse si tal libertad o tal derecho viola el derecho ajeno y la dignidad básica de la persona. Banús podrá tener todo el derecho a expresarse, pero algo muy distinto es usar dicha libertad para denigrar e insultarnos de esa manera.
Usted Banús, puede que tenga razón en que las altas tasas de natalidad sean una limitante para el desarrollo de las sociedades, pero es falso que esa característica sea de los indígenas; este rasgo está presente en la amplia ruralidad del país, indígenas y ladinos por igual. La alta natalidad está asociada por otro lado, a deficientes formas de acceder a formas de control como obligación del Estado o a la injerencia de las iglesias en el tema de salud sexual y reproductiva.
Banús miente y exagera y, seguramente lo hace para darle mayor perfidia a su opinión, cuando habla de un promedio de 12 hijos de familias indígenas; el promedio es de 5, dato similar para las familias rurales en general; la tasa de natalidad ha ido bajando significativamente en las últimas tres décadas: revise los últimos censos y encuestas y trate de ser más objetivo.
La columna de Banús recuerda mucho la tesis de único Nobel de Literatura guatemalteco; ambos concluyen que los indígenas son un problema, lastre, parásitos, mendigos y causa del subdesarrollo del país. Muy parecido también a los argumentos de la oligarquía conservadora del país. Son conclusiones sobre la base de una apreciación y análisis superficial de la realidad y a una errónea concatenación de causa y efecto. Las tasas de natalidad elevadas, lo mismo que dedicarse a la agricultura de manera paupérrima como único medio de vida y los daños al entorno natural, que son realidades de indígenas y ladinos pobres por igual son el resultado o efecto de la forma en que se maneja la economía y el Estado por grupúsculo que concentran poder, riqueza y opinión. Parece pues que los grupos que controlan desde las sombras a los medios de comunicación han adquirido un nuevo fafero.
Recuerde señor Banús que una cosa es que usted por sus alcances no logre entender cómo han sido las cosas para los indígenas en el país, desde que los criollos y ladinos ricos hicieron a un lado a los pueblos indígenas para construir este país y relegarlos a condiciones casi esclavas y otra muy aparte es que nos insulte impunemente: en su columna decir que porque somos pobres también somos feos, estúpidos, animales y vivientes en la mierda (“excrementosos”), raya en la discriminación. Y eso es delito (Código penal, 202 bis); artículos del 66 al 70 de la Constitución Política de la República; y artículo 4 inciso a Convención Internacional Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.
Ya no estamos en la época colonial para permitirle a usted o a alguien más que se nos ofenda. Aquí y en todo el mundo se ha luchado para combatir todo tipo de racismo y discriminación y a juzgar por su nota infame esa lucha sigue en pie. Somos indígenas mayas, orgullosos de nuestras raíces, de nuestra identidad y de nuestra cultura.
1. Ervin Fidel Us Álvarez, DPI: 2527064551415
2. María Salomé Us Álvarez, DPI: 245263853 1415
3. Fabián Us Álvarez, DPI: 1624 87312 1415
4. Blanca Agripina Pedroza Estrada, DPI: 1916 52768 1015
5. Hugo Amador Us Álvarez, DPI: 2664815231415