Por supuesto que el tema presupuestario puede ser el peor problema que enfrente el gobierno porque sin fondos no puede ejecutar ni una sola de sus políticas. Pero también hay que entender que es fundamental que se cambie la relación que se mantiene con terceros para evitar que se siga utilizando la sobrevaloración, el saqueo, el tráfico de influencias para beneficiar con plata del Estado a quien no lo necesita.
Tal y como la economía personal y la hogareña, el Estado debe comprender que debe gastar según sus ingresos. Pero en el Estado se gasta además mal, puesto que se desvían fondos a la corrupción para enriquecer a unos cuantos sinvergüenzas. Por ejemplo, en el Ministerio de Salud hay denuncias por contratos con las ONG que no tendrían trabajo ejecutado, pero ¿Dónde está la denuncia contra quién compra la medicina y contra quien la vende sobrevalorada? Lo mismo pasa en Comunicaciones con la adjudicación de contratos sin respaldo o el valor de las obras.
Pero volviendo al ejemplo del hogar, resulta que un padre que no encuentra como darle de comer a sus hijos, busca a quienes le deben dinero para juntarlo. Es imperativo que la Superintendencia de Administración Tributaria cumpla con su trabajo y deje de ser una entidad selectiva. No se puede vivir sin recaudación.
Y también hay que hablar con los miembros de la familia para que en tiempos de complicación, no vayan de viaje a Roma a tomarse una foto con el Papa, que no piensen en comprar el carro nuevo o pasársela de “roaming” todo el tiempo en el teléfono. Cuando no hay plata, urge proteger cada centavo y si para ello se tiene que comer pollo en lugar de carne o se debe tomar agua pura en lugar de gaseosas, pues a hacerlo porque no queda otra que ahorrar en todo.
Con este panorama, lo más importante es que cuando los padres han juntado ya unos centavitos para poder pasar el mes, viene el largo que se los roba y quiera salir a disfrutarse la plata presentándose como millonario. Cualquier madre y padre que quieran a sus hijos, irán tras él y recuperarán la plata a como dé lugar haciendo el mejor esfuerzo por meter a la cárcel al sinvergüenza.
Mientras en Guatemala no entendamos eso, no saldremos adelante. Es sencillo: a gastar con calidad, recaudar con energía, determinar necesidades y castigar a los ladrones. Con justicia y con equidad. Guatemala puede salir del hoyo con medidas sencillas que requieren determinación.