Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

La semana pasada, en una conocida revista, bajo el título “Ya es tiempo de volver”, Evelyn Morataya se refiere a su regreso y al también retorno de Alfonso Portillo. Uno de los temas de mayor actualidad y trascendencia son las expectativas que a nivel nacional implica el retorno a la libertad, al solar patrio del presidente Alfonso Portillo.
Todos los días numerosas personas se me acercan y me preguntan cuándo volverá Alfonso. Como adecuadamente lo señala Evelyn, él volverá a partir del 25 de febrero de 2015, fecha en que concluye la injusta privación de libertad a la que se vio obligado a someterse en los Estados Unidos. La mayoría de las personas me preguntan si de nuevo participará en la política partidaria y si aspirará a ser de nuevo electo en el país. Les indico que ambas respuestas no son de mi conocimiento, aun cuando es difícil pensar que un hombre de la importancia y la trascendencia nacional, como lo es Alfonso Portillo, no será escuchado y requerido en muchos sentidos.  A Dios gracias, tanto Alfonso a sus 63 años, como Evelyn a sus escasos 40, tienen numerosos años de vida por delante para impartir cátedra, para impartir ejemplo de amor a Guatemala.
Como bien se señala en la entrevista, nuestro país no cuenta con partidos políticos sólidos y es algo que estamos en la obligación y en la necesidad de superar; sin embargo, ello no se hace a base de una o dos personas, se hace a base de principios y de un conjunto de personas que por amor a Guatemala estén dispuestos a participar, a ser criticados y a perdurar en la búsqueda del bien común. Los partidos tienen que tener una raíz en cada uno de los municipios y su presencia y liderazgo no debe ser coyuntural, ni casual. En la mayoría de los países democráticos esa es la base del desarrollo político, económico y social. No hay ninguna razón para que en Guatemala eso no se logre, por supuesto ello implica transformaciones de normas, ante todo compromiso y entrega de los guatemaltecos que decidan participar en un partido político, donde los valores y principios, así como el ejemplo individual y la entrega deben ser los méritos y no el ser hija o hijo, nieta o nieto, o contribuyente económico.

Acertadamente, en la entrevista, se indica que debemos encontrar un acuerdo social, un pacto en búsqueda de lo mejor para el país, que se requiere una reforma constitucional de fondo, no de forma, que permita “el marco general para la realización de los cambios estructurales que necesita Guatemala”.

Volver, volver, volver a los brazos y a la búsqueda del servicio al pueblo. Alfonso tiene la vivencia, la experiencia y el conocimiento, por ello las encuestas de opinión le dan el 61% de respaldo sin que él invierta dinero alguno para obtenerlo; sin que él pueda expresarse, ni siquiera pueda ser visto o tocado como pueden serlo la totalidad de las personas que en este momento aspiran a ser los líderes en el país.

Quienes conocemos a Evelyn y compartimos con ella sus años como Primera Dama, sabemos lo respetuosa, modesta y positiva que fue en su papel; quienes hemos continuado disfrutando de una relación personal con ella hemos seguido observando su maduración, su dedicación por cuidar y apoyar a lo más preciado que tiene una mujer, a su linda niña Gabrielita.
¡Guatemala es primero!

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