Edith González

Se transmite a los humanos a través del contacto con un infectado vivo o muerto y se disemina de persona a persona por el contacto con la sangre, tejidos, secreciones y fluidos corporales del sujeto infectado, y por el contacto con equipo médico contaminado, tales como agujas.

De hecho, si se produce la muerte del afectado por el virus, el protocolo indica que no se le puede realizar la autopsia por el alto riesgo de contagio por los fluidos de la víctima, por lo que deberá ser incinerado.

Se describió por primera vez en 1976 por el Dr. David Finkes, cuando se presentaron varios casos de fiebre hemorrágica en Zaire y Sudán. El nombre del virus se debe al río Ébola, geográficamente ubicado en Zaire.

Actualmente, se considera que las personas en riesgo de contraer ébola son aquellas con antecedentes de viajes a África subsahariana, las personas que cuidan a los pacientes infectados, así como los trabajadores que se encuentran en contacto con primates infectados de origen africano.

En marzo de 2014 se registró un brote de ébola en Guinea, donde se reportan más de mil afectados y se ha extendido por Liberia, Sierra Leona y Malí.

En agosto la OMS reconoció que el virus está fuera de control, debido sobre todo a la facilidad y rapidez que tiene para propagarse, por lo que está haciendo todo lo posible a nivel regional e internacional para intentar prevenir su expansión a otras fronteras.

Los afectados superan ya los 7 mil 500 y los muertos alcanzan los 3 mil 500, la gran mayoría en Liberia.

En septiembre se detectó el primer paciente infectado por ébola en EE. UU., que viajó a Texas tras haberse contagiado en Liberia y pasar los controles aeroportuarios. El 6 de octubre falleció en Madrid una enfermera que había tratado a los dos misioneros españoles fallecidos por ébola.

La OMS rindió un homenaje póstumo a la Doctora Ameyo Stella Adadevoh por su valiente intervención con la que ayudó en Nigeria a detener la propagación de la enfermedad desde el principio. Ella «identificó rápidamente una víctima y la puso en cuarentena. Sin ninguna ayuda del gobierno y con poco conocimiento de la enfermedad, estableció precauciones para desinfectar el hospital, rápidamente educar al personal y creó una unidad de aislamiento.»

En Guatemala las autoridades sanitarias toman medidas precautorias buscando sitios para el aislamiento y preparando al personal sanitario, pero de cada uno de nosotros dependerá el control futuro, evitando ocultar síntomas de fiebre mayor a 38°, dolor muscular, de cabeza y garganta, debilidad, vómitos, diarrea, sarpullido, fallo renal y hepático y hemorragia masiva interna y externa. Los pacientes se contagian desde el momento en que empiezan a manifestarse los síntomas, no durante el periodo de incubación, que oscila entre 2 y 21 días.

Será preciso que todos adquiramos y traslademos el conocimiento y que las funerarias también estén preparadas, con equipo especial.

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