Edith González

Han pasado 96 meses desde que un día, sin bombos ni platillos, pero con gran coraje, disciplina y soñando con el futuro, se plantaron ante la sociedad guatemalteca como los Bomberos Municipales Departamentales, los de la montaña y en tan corto tiempo, son ya parte de la vida de nuestro país.

Ciento cuatro estaciones en el mapa de Guatemala certifican que se trata de la organización de bomberos con más rápido crecimiento en el Continente lo que, por supuesto, redunda en beneficio de los guatemaltecos del área rural.

Otto Denny Mazariegos, un médico emprendedor, Carlos Ruiz Burgos, nació bombero y seguramente morirá bombero y un joven profesional del derecho, Marco Tulio España, son la trilogía que la da vida y oxigena a los Bomberos Municipales Departamentales.
Ellos han marcado la ruta por la cual esta organización de servicio social comunitario, camina en el día a día beneficiando a miles de guatemaltecos que durante los años de la guerra estuvieron en el abandono y que tras la firma de los Acuerdos de Paz, quedaron marginados.

Pero estos bomberos, casco rojo y uniforme azul, se presentaron ante las comunidades rurales y ahora son parte de aquel conglomerado humano que los valora en toda su magnitud.

Y justamente  la enorme capacidad organizativa y la prestación de servicios en donde nadie lo había hecho ha valido a los Bomberos Municipales Departamentales, los de la montaña, el reconocimiento mundial.

Naciones Unidas, UNICEF, Cruz Roja Internacional, gobiernos, como los de Estados Unidos, Cuba, República Dominicana, entre otros, además de instituciones como Organización de Bomberos Americanos y la Organización de Jefes de Bomberos del Mundo los invitaron a unirse a ellos

Esta institución se ha fortalecido en sus ocho años, en beneficio de la población guatemalteca, a la cual se atiende en seis servicios por minuto, en una geografía en donde habitan seis millones de guatemaltecos, el 43 % de la población a nacional.

Una unidad de paracaidistas, brigadas infantiles, sección de herpetología, academia aprobada por el Ministerio de Educación, capacitación en el Ministerio de Salud Pública para crear el grupo de técnicos en maternidad, son solo ejemplos de cómo se ha logrado en ocho años dar a los guatemaltecos un nuevo concepto del bomberismo nacional.

El caso de las brigadas infantiles, son una prueba de cómo se cambia el concepto del bombero tradicional, para dar paso a la nueva generación en donde lo social va amarrado al servicio diario. Este grupo de niños guatemaltecos son ejemplo, y Cuba busca replicarlo en la Isla.

Felices deben de estar los comandantes Mazariegos y Burgos, así como los directivos, Carlos Sosa, Edgar Chávez, Rudy Ramírez y Mercedes Reyes y el gerente de la institución licenciado Marco Tulio España, pues en ocho años, han crecido más que muchos cuerpos de bomberos en el Continente.

BOMBEROS MUNICIPALES DEPARTAMENTALES, ADELANTE CON LA REVOLUCIÓN BOMBERIL Y FELIZ ANIVERSARIO.

Artículo anteriorUnidos por la discapacidad
Artículo siguienteLos oratorios de Felix Mendelssohn: Pablo