Javier Monterroso

Y no fue que nos hayamos hecho de la vista gorda o que hubiera un pacto de impunidad con los políticos como algunos han sugerido, el problema es que el sistema de combate a la corrupción en Guatemala simplemente no funciona, en ese sentido hay debilidades y carencias legales, institucionales, y por supuesto de personas a cargo de las instituciones.

Hay que tomar en cuenta también que no solo de los éxitos se aprende sino principalmente de los fracasos, y aunque no logramos procesos significativos en el tema, sí terminamos entendiendo algunos de los requisitos fundamentales para combatir este flagelo que a continuación pongo a disposición del que le interese:

1. Formar equipos especializados: Esto es indispensable para todos los delitos y la corrupción no es la excepción, y me refiero a equipos de Fiscales, Auditores y Policías; por supuesto uno de los grandes problemas es que esta especialización no existe en Guatemala, porque ningún fiscal o detective guatemalteco ha tenido experiencias exitosas en combate a la corrupción, ni los técnicos de las organizaciones sociales que fiscalizan el combate a la corrupción tienen esta experiencia, así que deberá buscarse afuera en países que si hayan logrado combatir exitosamente este delito.

2. Reformas legales: Por supuesto que ya existe la “Ley Anticorrupción”, pero existen otras leyes muy importantes que si no se modifican simplemente no se puede perseguir a los funcionarios corruptos, aunque les pongamos penas de prisión de 100 años, estas son en primer lugar eliminar el secreto bancario, aunque sea solo para funcionarios públicos y sus familiares, en segundo lugar reformar la estructura de la Intendencia de Verificación Especial (IVE), para que los funcionarios que están en los bancos y que son quienes pasan la información dependan directamente de ella y no de los bancos del sistema, tercero modificar la ley en materia de antejuicio para que no se convierta en un proceso tan largo como el propio proceso penal, finalmente y esto es algo que beneficiaría a todo el sistema de justicia, se debe reformar la ley de amparo para impedir que los sindicados de estos delitos presenten decenas de amparos.

3. Reforma de fondo en la Contraloría General de Cuentas: En el tema de combate a la corrupción la Contraloría es mucho más importante que el Ministerio Público, sin una contraloría eficiente que identifique los actos de corrupción y que elabore dictámenes bien sustentados, con personal independiente y muy bien fiscalizada jamás vamos a lograr parar un poco este flagelo. En ese sentido se debe modificar la forma de elección del Contralor General de Cuentas y eso lamentablemente también requiere reforma constitucional.

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