Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Hemos trabajado mucho con nuestra redacción en ese sentido y hemos logrado avances importantes en materia de corroboración de los datos. Ayer, cuando se nos trajo la noticia de que la Comisión Internacional Contra la Impunidad iba a presentar una acción de antejuicio contra el diputado Gudy Rivera, se pidieron detalles y dos veces la redactora indicó al Jefe de Redacción que eso había dicho el comisionado Iván Velásquez al terminar una actividad.
Obviamente era una “noticia” de gran envergadura porque no todos los días se anuncia el antejuicio contra un diputado por delitos relacionados con tráfico de influencias por presionar a una Magistrada para que resolviera en determinado sentido un proceso sometido a su conocimiento. Y mi decisión fue que esa información tenía que ser el titular principal de la edición.
Esta mañana, al ver informaciones proporcionadas por CICIG en el sentido de que están analizando los hechos y la grabación que está en su poder para decidir si presentan o no la acción de antejuicio, lo cual difiere de lo que nosotros publicamos con base en la información que nos trajo la persona a cargo de la fuente respectiva, procedimos a escuchar la grabación de la conversación que tuvo ayer con el Comisionado y, efectivamente, el funcionario internacional dice que están analizando los hechos para presentar una acción de antejuicio, palabras que la reportera interpretó y trasladó como si la acción penal fuera inminente.
Finalmente la responsabilidad es mía porque lo que hicimos hoy, al escuchar la grabación, debimos hacerlo ayer antes de proceder a la publicación. No puedo ni quiero argumentar la presión del tiempo ni el significado de la hora de cierre para un diario, porque al fin de cuentas lo que prevaleció fue mi criterio de que nuestros redactores están suficientemente capacitados y compenetrados de la responsabilidad como para redoblar los esfuerzos para corroborar, palabra por palabra, lo que vamos a publicar a efecto de no dar más que hechos ciertos y evitar interpretaciones que se prestan a error. Lamentablemente en este caso no sucedió así y por lo tanto pido disculpas en primer lugar a nuestros lectores que creyeron la información y en segundo lugar al diputado Rivera porque aún se estudia la decisión de plantear un antejuicio en su contra.
Para nosotros los sucesos que han creado esta crisis institucional de impredecibles consecuencias son algo demasiado serios como para que el manejo a la ligera de una declaración comprometa nuestra posición y credibilidad. Las excusas pueden ser insuficientes pero lo más importante es no sólo reconocer el error, sino aprender para evitarlos en el futuro.