Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com
Los gobiernos, los binomios presidenciales que se han electo de conformidad con la actual Constitución, en su mayoría se han caracterizado por estar al servicio de grupos o élites que no quieren comprender que la democracia como sistema busca el bien común y el Estado de Derecho; y que si bien todo gobierno es falible al estar integrado por seres humanos, debe esforzarse y dedicarse a servir a toda la población.
Por principio, la responsabilidad del gobierno es amparar al más débil y para el efecto preocuparse de combatir la desnutrición, la extrema pobreza y la pobreza, todo lo cual se hace a través de una adecuada salud, educación, seguridad y justicia; sin embargo, de gobierno a gobierno retrocedemos y aunque la ambición de muchos de nosotros sea que el gobierno que se elige avance, lamentablemente no sucede así.
La sociedad guatemalteca se encuentra sin duda alguna en este momento en un laberinto, son muchos los hechos específicos que nos lo señalan. La muerte de numerosos guatemaltecos que recientemente aconteciera en la aldea Los Pajoques, San Juan Sacatepéquez, solo nos evidencia la inseguridad y la falta de respeto hacia el prójimo. Es injustificable que se asesine a un grupo de personas, incluyendo niños, porque vendieron de forma legítima su propiedad. No podemos comprender que la violencia sea la forma de justificar ninguna posición.
El ver la fotografía de Rigoberta Menchú llorando al recordar la muerte de su padre es comprensible, pero qué pasa con la muerte del personal de la embajada de España o de los guatemaltecos que según se cree fueron inducidos por el embajador Máximo Cajal, a estar presentes, todos ellos no eran personas involucradas de forma alguna en la situación y por consiguiente, son mucho más inocentes que quienes llegaron armados con machetes y bombas molotov, porque sin duda alguna pretender decir que esta era una toma pacífica, se contradice cuando llevaban las armas mencionadas.
Es correcto buscar la verdad pero la verdad no necesariamente se debe instrumentalizar para buscar la indemnización o compensación de millones de millones de quetzales como muy posiblemente se tratará de hacer.
La justicia debe ser objetiva e imparcial, por ello, todos sin excepción deben tratar que los magistrados y jueces sean sin duda alguna profesionales, que no sirvan a ninguna tendencia política o social. Los procesos de selección o elección los hacen seres humanos y estos seres humanos no solo deben ser respetados sino señalados si no buscan a los mejores elementos que se les presentan, pero mientras las normas que regulan esos procesos sean las actualmente existentes, no puede pretenderse por persona o grupo alguno que se apliquen criterios distintos. Es imposible que todos los grupos de presión o las élites que existen en el país queden ciento por ciento satisfechas; sin embargo, cualquier crítica o señalamiento debe ser específica y no genérica.
¡Guatemala es primero!
Continuará.