Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Según Rivera, él cayó de pendejo porque fue a visitar a la magistrada que figuraba como candidata a la reelección. Aunque se acepte lo de pendejo, la verdad es que habría que preguntarle al diputado a cuántos candidatos visitó antes de votar para integrar las Salas de Apelaciones, puesto que estaban en juego 126 cargos y dudo mucho que él se movilizara para hablar con todos los aspirantes. Dijo que en el proceso los aspirantes hicieron “romería” al Congreso para buscar apoyos, pero resulta que en el caso de la doctora Claudia Escobar fue tan “pendejo” que él hizo la romería.

Cabe la casualidad que la doctora tenía para resolver un amparo que habían presentado para favorecer a la vicepresidenta Roxana Baldetti y es eso lo que la convirtió en una candidata tan importante como para que el diputado fuera a visitarla. No hay, pues, ninguna emboscada como lo quiere hacer ver el señor Rivera, sino simplemente un caso típico de tráfico de influencias en el que se le ofreció a la magistrada que si votaba a favor del Amparo tenía asegurada su elección. Y se sabe que lo mismo se ofreció a los otros dos monigotes que integraban el tribunal y que antepusieron sus ambiciones al compromiso de resolver conforme a derecho.

Por la tarde, en una radio, Gudy Rivera dijo que no era casualidad que La Hora haya publicado que había una denuncia en su contra porque en este medio escribe el esposo de la magistrada Escobar. Y es cierto que Eugenio Fernández, esposo de la doctora Escobar, es un respetado columnista de La Hora, pero si en algo nos esforzamos es en no mezclar nuestra sección de opinión, en donde expresamos puntos de vista y criterios personales o del medio, con la sección informativa en la que publicamos hechos que tratamos de corroborar siempre y en los que siempre se busca la reacción de cualquier persona que pueda resultar afectada.

El diputado Gudy Rivera fue consultado antes de publicar la nota sobre la grabación que existe de su reunión con la magistrada Escobar y tenemos el audio de la conversación telefónica en la que primero mostró su tradicional arrogancia y luego tartamudeó cuando se dio cuenta de la gravedad de la situación. Él tuvo el derecho a explicarse y defenderse desde el día en que se hizo público que había una grabación que lo comprometía legalmente, pero en vez de hacerlo, le mandó mensaje de texto al presidente Pérez Molina negando que se hubiera reunido con la doctora Escobar.

De suerte que lo de una emboscada queda evidenciado como una patraña en el desesperado esfuerzo de Rivera de ocultar que presionó a una magistrada para lograr un amparo a favor de Baldetti.

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