Claudia Navas Dangel
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Manos al aire. Pies que rasssssssssssssss, resbalan y dejan huella y de pronto Lluna, niña que actúa como tal irrumpe llena de sueños y fuerza llevando el color y la ondulación a los trazos discretos de Joan.
Recelo al principio, niño al fin, Joan defiende su espacio, pone límites y acapara la zona descubierta hasta que la fantasía, el color: rojo, ROJO, RoJo empieza a manchar-pintar-teñir-colorear el espacio-cuadro-lienzo- escenario-pantalla-su mente-la mía-la tuya y …RAS, el juego comienza.
Es así como la compañía española Maduxia Teatre plasmó durante 45 minutos lo que la mente pueril, puberta, por que no y treintañera o más también dibuja y sueña, es con Ras como Mamen García libera los pensimientos (pensamientos y sentimientos encontrados) de quien observa-aprecia- lee-danza-pinta y además desea entrar al escenario y marcar con la mente, las manos, los pies y el cuerpo colores-imágenes-fantasías-viajes-recuerdos.
Eso fue para mí Ras, un espacio lúdico que me atrapó a mí y estoy segura que también a los demás adultos que rodeábamos a Joan y Lluna.
Magia-sueño-ilusión-oportunidad para los más pequeños, así lo vi reflejado en mi hija al salir del teatro y días después cuando saltando de un lado a otro y sobre una sábana decía rojo, ROJO, RoJo, azullllllllllllllllll, amarillo y Ras salió el pedido de ir otra vez y sí, ojalá que este tipo de espectáculos inspiradores que el Centro Cultural de España trae se repita, se multiplique y nos empape de color-luz-ilusión-felicidad-inquietud.
Eso fue Ras, teatro-danza-artes plásticas-tecnología, sencillamente maravilloso.