Dra. Ana Cristina Morales

En el manual estadístico de trastornos mentales DSM V se consideran como criterios diagnósticos de esta enfermedad los siguientes: 1. Necesidad de apostar cantidades de dinero cada vez mayores para conseguir la excitación deseada. 2. Estar nervioso o irritado cuando intenta reducir o abandonar el juego. 3. La persona ha realizado esfuerzos repetidos para controlar, reducir o abandonar el juego sin éxito. 4. A menudo tiene la mente ocupada en las apuestas (por ej. Reviviendo continuamente con la imaginación experiencias de apuestas pasadas, condicionando o planificando su próxima apuesta, pensando en conseguir dinero para apostar. 5. A menudo apuesta cuando siente desasosiego (por ej. Desamparo, culpabilidad, ansiedad, depresión). 6. Después de perder dinero en las apuestas suele volver otro día para intentar ganar (“recuperar” las pérdidas). 7. Miente para ocultar su grado de implicación en el juego. 8. Ha puesto en peligro o ha perdido una relación importante, un empleo o una carrera académica o profesional a causa del juego. 9. Cuenta con los demás para que le den dinero para aliviar su situación financiera desesperada y provocada por el juego. Su comportamiento no es explicable por un episodio mánico.

Se conceptualiza de forma leve cuando solo cumple de 4-5 criterios anteriores, moderado, cuando cumple de 6-7 criterios y grave cuando existen de 8-9.

El juego patológico en el DSM anterior se incluía entre los desórdenes de control de impulsos junto con la cleptomanía, piromanía, y tricotilomanía. Aunque dichos desórdenes no guardaban comorbilidad entre sí. Sin embargo, ahora se encuentra como un desorden adictivo no secundario a sustancias químicas. Existen evidencias que indican que el juego patológico es una adicción, se ha observado que algunos jugadores patológicos tienen menores niveles de norepinefrina que los jugadores normales. Alteraciones de la serotonina, otro neurotransmisor cerebral, también pueden contribuir a una conducta compulsiva, lo cual incluye la adicción al juego.

Los jugadores pueden estar endeudados, o realizar pequeños hurtos con el objetivo de conseguir dinero para pagar lo que deben y también para continuar jugando.

Como consecuencia de esta enfermedad, la persona afectada puede cursar con mayor estrés, ansiedad, depresión en incluso ideación suicida. Además, el consumo de sustancias, como alcohol, tabaco y otras presenta una mayor posibilidad.

Los estudios epidemiológicos de esta enfermedad se describen escasos. Como maneras de abordaje y tratamiento, existen lugares con grupos anónimos que utilizan el modelo de los 12 pasos, modelo de autoayuda para un grupo de personas que cursan con este mismo desorden. Se considera que la terapia cognitivo conductual reduce los síntomas y su conducta de urgencia.

Los jugadores patológicos han existido siempre, Fedor Dostoievski es famoso por dar a conocer este y también propio desorden en su obra “El Jugador”. Sin embargo, la tecnología y la legalización del juego han hecho posible que las personas puedan tener un contacto más fácil a adentrarse a ese mundo. Pero considero que este es un tema que necesita una mayor investigación.

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