Francisco Cáceres Barrios
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También habrá que reconocer que el desempeño del anterior ministro dejó mucho que desear, no solo porque increíblemente haya permitido utilizar el Centro Cultural “Miguel Ángel Asturias” para realizar una competencia de motos y por ello se hayan dañado sus instalaciones, sino porque las diversas dependencias a su cargo las dejó en peores condiciones de como las encontró y para citar un ejemplo, ¿acaso las instalaciones del Conservatorio Nacional de Música están debidamente acondicionadas, incluyendo aulas, instrumental, sala de conciertos y tantas cosas más para el mejor aprendizaje y desempeño de nuestra niñez y juventud? Siendo todo lo contrario ¿no sería beneficiosa la creación de un ministerio exclusivo para la cultura y trasladar las funciones deportivas al Ministerio de Bienestar Social, el que al fin y al cabo solo sirvió para desarrollar la función clientelar del partido oficial?

Creo que ante la adversidad debemos pensar de manera positiva por lo que sugiero que tanto personas capaces, como entidades culturales, educativas y artísticas debieran aprovechar su experiencia para unir esfuerzos en la planificación y objetivos de lo que debiera hacer el nuevo Ministerio de Cultura, a secas, lo que paralelamente fuera útil para definir el perfil de quiénes podrían optar posteriormente al cargo de ministro. Pensando en el porvenir de nuestra niñez y juventud, como sabiendo que cuando nos dan un limón no queda otra que hacer una limonada, propongo que dejemos de lado la politiquería, la incapacidad, las ineficiencias y las desacertadas medidas tomadas por gente que en mala hora llegó a ocupar la dirigencia de los destinos del país, para sentar desde ahora las bases de lo que podría implementarse más fácilmente mañana, pues definitivamente no se le pueden pedir peras al olmo. Repito lo que escribí en mi anterior columna, este gobierno solo llegó a hacer propaganda y más de eso no se le puede pedir, salvo que propiciáramos todavía más frustración.

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