Raymond J. Wennier

Una de las principales habilidades para el siglo XXI, mencionada por todo el mundo, es el trabajo en equipo. Es inaudito, que siendo esa habilidad absolutamente necesaria, una persona en un equipo, no participe.

La estructura de una organización comercial o social, es más “plana” que hace años. Antes era muy vertical, de arriba hacia abajo y las personas de “abajo” no participaban en nada en la empresa, únicamente seguían órdenes. No es así hoy. Las empresas esperan y requieren de sus empleados, participación activa en la dinámica de la misma.

En igual forma, desde la familia, la escuela u otras organizaciones sociales, se espera que los miembros participen en beneficio de los grupos, aportando nuevas ideas que permitan tomar mejores decisiones.

¿Cuál es la importancia de la participación del alumno en la escuela? En mi opinión, la participación es el factor más importante en el proceso educativo. Es la gran diferencia entre el Modelo de Fábrica y lo que esperamos de los maestros y por ende de los alumnos en los tiempos actuales. Todas las metodologías y estrategias educativas requieren que la educación sea centrada en el alumno; eso es la participación de los alumnos para lograr ese fin.

La participación es necesaria para que los alumnos tengan éxito en su rendimiento escolar. Esa participación produce acciones que son el motor para realizar la puesta en práctica del aprendizaje teórico.

Si un alumno participa activamente en el quehacer en el aula, adquiere confianza en sí mismo y se siente capaz de lograr los propósitos de la lección. Eso se llama Auto-estima. Sin eso, es más difícil que los alumnos quieran participar en el proceso educativo.

Si un alumno no está seguro de sí mismo para participar en un grupo porque no se siente capaz, no aprenderá al ritmo de sus compañeros. Más aún, no tendrá una actitud positiva hacia sus capacidades, sus compañeros de clase, ni al proceso educativo en sí. No estará listo a tomar riesgos de trabajar hacia un aprendizaje más profundo.

Un alumno que no tiene las dos cualidades personales anteriores, no tendrá una motivación interna para lograr paso a paso nuevos conceptos de la lección. Aunque haya una motivación externa, será parcial y temporal sólo para recibir una calificación adecuada para ganar el grado. No tendrá la posibilidad de completar el circuito de auto-motivación que propongo como medida para demostrar la participación y alcanzar logros cada vez más complejos.

Por último, un alumno con conocimientos ya adquiridos, sean de la fuente que sea, justamente con los tres pasos anteriores, estará ansioso de estar expuesto a nuevos retos para así tener experiencias nuevas, que a su vez, serán el respaldo de sus acciones presentes y futuras.

La integración de los cinco criterios expuestos, es la base del ÉXITO.

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