Fernando Mollinedo C.

Lo anterior atañe a todas las capas sociales, estratos económicos, niveles culturales y en especial a nivel universitario; pues el desconocimiento de aspectos elementales que son fundantes en la formación ciudadana, acarrean como resultado el retraso en la comprensión del país en que habitamos.

Considero que en la ciudad de Guatemala, muy pero muy pocas personas de los dos millones que la habitamos, sepan guiarse por medio de la nomenclatura diseñada por el ingeniero Raúl Aguilar Batres, consistente en calles y avenidas, asignándole a cada inmueble el número de metros que los separa de la esquina de intersección, sea ésta una calle o avenida.

Aún persiste la manera antigua de utilizar como centros de referencia los nombres o ubicaciones de almacenes famosos, paradas de autobuses, templos católicos o edificios gubernamentales; pero no la nomenclatura vigente; y como ejemplo de lo que escribo, le insto a que realice un laboratorio social preguntándole a algún policía nacional civil, municipal o particular, al transeúnte que tenga más cerca, la ubicación o forma de llegar hacia un determinado destino: ya verá usted la forma de respuesta.

Es bochornoso que la población estudiantil carezca de tal información al respecto, pues viven en un mundo en que sólo saben transportarse de su casa al centro de estudios y de su casa a los centros de diversión; desconociendo la historia de su ciudad, su desarrollo y sus centros culturales. Lo mismo puede hacer con los funcionarios de Gobierno, éstos en su mayoría son ignorantes de la historia nacional y sólo saben seguir las órdenes de sus amos inmediatos superiores.

Al hacer comentario respecto a que Guatemala será el próximo año, “LA CAPITAL DE LA CULTURA IBEROAMERICANA”, la duda asaltó a un grupo de humanistas nacionales y surgieron las preguntas siguientes: ¿un premio? ¿Por qué razón fue premiada Guatemala con tal privilegio? ¿Qué factores se tomaron como referentes para tal designación?

Alguien de inmediato respondió: “La cultura personal de las actuales y pasadas autoridades guatemaltecas es digna de admiración, y puso de ejemplo a Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti, Álvaro Arzú, Dwight Pezzarossi, Carlos Batzín, Efraín Ríos Montt, Óscar Mejía Víctores, Óscar Berger y otros por el estilo.

En este país, ya no es necesario preguntar ¿”Quo vadis cara Guatemala”? ahora la pregunta correcta es: ¿”Cosque tándem Catilina”? pero el asunto es que el pueblo no entiende, no razona, no analiza y es sojuzgado, atemorizado, amenazado para seguir votando por los candidatos que imponen los dueños de Guatemala con la mascarada de la democracia.

Una de las reglas de las finanzas es: invierto para obtener ganancias; por lo tanto, los financistas invierten en promocionar las campañas electorales de los partidos políticos para obtener ganancias, pero… ¿qué tipo de ganancias? ¿Qué tipo de negociaciones? En Guatemala, ¡son del dominio público!

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