Juan José Narciso Chúa

Cuando ocurren este tipo de situaciones, uno cree que existen oportunidades de seguir adelante; uno considera que si hay gente que está pensando en un país distinto; uno estima que existen instancias como la CICIG que buscan la construcción de un auténtico Estado de Derecho, que sea amplio, plural y sin intereses.

Las infidencias que han salido a luz, no dejan de asombrar y algunas realmente asustan, por las implicaciones o relaciones con funcionarios, diputados y fiscales. Y quién sabe quiénes más están involucrados, ya sea por acción u omisión. En este momento, la cabeza más notoria es el propio Ministro de Gobernación, quien en cualquier Gobierno y país decente, ya hubiera sido destituido, sin más, fuera de iniciarle un proceso de investigación. Pero no es el país que quisiéramos y mucho menos este Gobierno que de decente no tiene nada y se ha empeñado en ser sujeto de escándalos por negocios amañados.

La CICIG se ha apuntado un logro importante para cambiar el estado de cosas de la justicia en Guatemala, ojalá los procesos prosperen y se descubran las raíces más podridas de esta criminal estructura paralela. La justicia en el cielo.

Por otra parte, el lado oscuro de la justicia continúa enseñoreándose en el marco de las Comisiones de Postulación. Es increíble leer cómo uno de los decanos de las universidades, hace una amenaza velada a una periodista de elPeriódico, simplemente porque realizó una entrevista a un jurista extranjero, quien ilustró lo penoso en la actuación de las mencionadas comisiones.

También resulta vergonzoso escuchar al actual Rector de la Usac, convertirse en un promotor de las actuaciones que se vienen dando en la comisión, justificando y sin decirlo explícitamente, los “arreglos” que se han venido dando y donde los postulantes, deciden qué postuladores van a convertirse en magistrados o jueces de los tribunales, refiriendo que la ley los protege, un estribillo reiterado de los propios abogados, magistrados y jueces que pretenden elegirse, siendo a su vez, postuladores. “Juez y parte”, dice el refrán popular.

Las Comisiones de Postulación se convirtieron en espacios perfectos para continuar erosionando el auténtico ejercicio del Derecho y la Justicia; se han montado para las negociaciones entre élites, funcionarios y oscuros personajes, que buscan asegurar impunidad, continuidad y criminalidad, en fin, un Estado de Derecho, débil, maltrecho y presa fácil de la corrupción, la presión y la amenaza.

Así que por lo que se ve, las Comisiones de Postulación se convertirán en auténticos trampolines para llegar a las Cortes y a los tribunales, ahora ya se tienen tres actores que han venido torciendo un proceso que se pensaba ajeno a las élites, funcionarios, políticos y criminales; tales los postulantes, los postuladores y de ahí saltarán los nuevos togados para magistraturas y tribunales, los nuevos verdugos de la Justicia y el Estado de Derecho y el legado de profesionales hechos para la continuidad de la impunidad y la criminalidad. La justicia al suelo.

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