Factor Méndez Doninelli

Los meses que antecedieron al estallido revolucionario, fueron de intensas movilizaciones sociales y protestas en contra de la última dictadura liberal del siglo XX, presidida por el General Jorge Ubico, quien gobernó el país catorce años.

El descontento de los meses previos fue creciendo, los acontecimientos ocurridos el 25 de junio de ese año, cuando una manifestación de maestros fue reprimida por la policía de la dictadura, con saldo de heridos y la muerte de la maestra María Chinchilla, sirvió para acumular fuerzas a favor del cambio. Los hechos anteriores al 20 de Octubre de 1944, configuraron las condiciones para producir ese acontecimiento popular.

Luego del triunfo revolucionario florecieron los diez años de la “primavera democrática”, en ese corto tiempo, se alternaron el ejercicio del poder político, primero una Junta Revolucionaria cívico militar integrada por los coroneles Francisco Javier Arana y Jacobo Árbenz Guzmán, acompañados por el ciudadano Jorge Toriello Garrido. El triunvirato revolucionario sentó las bases para construir e institucionalizar la revolución democrática, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que redactó una nueva Constitución Política, crear instituciones y convocar a elecciones libres.

En las elecciones realizadas el doctor Juan José Arévalo fue elegido Presidente, a él se deben ejecutorias positivas en la educación, la cultura, la economía, la política, los derechos individuales y sociales. Se promulgó el Código de Trabajo, se creó el Seguro Social, se construyeron escuelas de educación primaria y de segunda enseñanza, se promovieron instituciones artísticas y académicas, se fundó la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos, museos y escuelas de artes, en fin, el primer Gobierno de la Revolución, empujó cambios que intentaron modificar las condiciones estructurales injustas, desiguales, excluyentes y discriminatorias de aquellos años.

El segundo Gobierno revolucionario presidido por Jacobo Árbenz, profundizó políticas revolucionarias e impulsó cambios estructurales para romper viejos esquemas, sobre todo, los que prevalecían en la base de las relaciones sociales de producción. Propuso desarrollar un capitalismo moderno, basado en la recuperación de miles de hectáreas de tierra en manos de compañías privadas estadounidenses, en quebrar los monopolios norteamericanos de la electricidad, las comunicaciones, el ferrocarril y en entregar tierra a los campesinos. Se promulgó el Decreto 900, Ley de Reforma Agraria, se expropiaron tierras en posesión de la compañía frutera estadounidense, se inició la construcción de la hidroeléctrica Jurún Marinalá y de la carretera al Atlántico. El presidente Árbenz, mantuvo una postura nacionalista defendiendo los recursos naturales, la dignidad, la libre determinación y soberanía nacional.

Las decisiones del Gobierno de Árbenz afectaron intereses norteamericanos, disgustaron al Gobierno del país del Norte que acusó a Árbenz de “comunista”, prejuicio que usaron para urdir una conspiración en contra del Gobierno guatemalteco. El proyecto revolucionario de 1944 tuvo una efímera pero productiva vida, fue interrumpido en 1954 luego que el Gobierno estadounidense organizó, financió y dirigió una invasión mercenaria para derrocar al Gobierno democrático del coronel Árbenz.

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