Rolando Alfaro Arellano
La denominación de jurista, especialmente, se confunde en la República de Guatemala, y, es que no olvidemos que la formación cívica de muchos connacionales resulta ser muy pobre, pues el término se mezcla con otras actividades que desarrolla el profesional de las Ciencias Jurídicas.
No es posible que se denomine jurista a profesionales que no lo son, pues para tal efecto se podría indicar que para llegar a tal grado, se debe demostrar que se ha tenido una experiencia profunda en el ejercicio de la profesión, y de su formación humana, es algo así como los que al desarrollar una especialidad, han profundizado en la misma con investigaciones, impartiendo cátedras, conferencias, editando textos jurídicos, orientando a las autoridades tanto académicas como administrativas.
En consecuencia, se debe tener bien claro el significado, y, la doctrina del Derecho refiere que jurista es quien estudia o profesa la ciencia del Derecho (Guillermo Cabanellas de Torres), o, en el mejor de los casos se comprenden también a los llamados jurisconsultos que antiguamente eran maestros de derecho, especialmente civil, cuyas soluciones y respuestas a las consultas llegaron a constituir doctrinas y fuentes del Derecho romano, propia para invocarse y aplicarse en los litigios.
A lo anterior, conviene subrayar que la mayoría de Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales han venido soslayando el estudio del Derecho Romano y lo más grave, las clases de Derecho Comparado. Ello, lo que promueve es el poco interés de los futuros profesionales en su formación cultural y no digamos de la investigación jurídica.
Bien decían los romanos, con Bercia a la cabeza, que “El Abogado debe ser probo, diligente, entusiasta; el letrado, estudioso; el jurisconsulto prudente”, el jurista Erudito.
Luego, agrega: “Hay, muchos Abogados, no hay tantos letrados. Hay pocos jurisconsultos; es muy raro encontrar un jurista”.
Abogado, es el hombre llamado para un asunto, advocatus, quiere decir patrono, defensor; Letrado, hombre de ciencia; jurisconsulto, hombre de consejo, esto es de consulta; jurista hombre versado en la erudición del Derecho y en la crítica de los Códigos, según los principios de la Filosofía, de la moral y de la religión.
Finalmente, quiero que me vuelvan por mi causa y acudo al Abogado, quiero que me instruyan en un asunto que no comprendo y acudo al letrado, quiero que me dirijan; quiero que me dirijan a la defensa de mi derecho y, me voy al Jurisconsulto, que me hagan historia de una ley, que la desentrañen, que la analicen, que la comenten dándome a conocer su espíritu, sus tendencias, en fin, y acudo al Jurista.