Juan Francisco Reyes López
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En Guatemala, desde que fue creada, quienes han tenido esta responsabilidad han sido considerados y calificados de diferente forma. Ramiro de León Carpio (q.e.p.d.) destacó logrando que la sociedad considerara que sus actos y procedimientos merecían respeto y reconocimiento. Fue esa la principal razón por la que después del “Serranazo” el Congreso de la República lo eligió para concluir el mandato presidencial que estaba pendiente de Serrano Elías.

Aun cuando la gestión como presidente de Ramiro de León le mereció el sobrenombre de “huevos tibios”, como Procurador fue distinto y supo tomar la iniciativa de enfrentar los principales problemas que afectaban a los guatemaltecos. A partir de ese momento, la PDH no ha tenido ni las acciones ni los reconocimientos que obtuvo De León Carpio. Hoy, observamos como el actual procurador Jorge De León Duque y sus numerosos colaboradores las hacen de toreros en los diferentes y graves temas que afectan a los guatemaltecos.

En lo relativo a la Canasta Básica alimenticia, aun cuando es más que evidente el continuo abuso que los pocos productores de huevos, harina, carne de pollo, de res, pastas y aceites realizan con los precios, aumentándolos permanentemente a comparación de lo que son estos mismos precios en países como México y Centroamérica, el Procurador y sus numerosos colaboradores brillan por su ausencia, cuando podrían plantear que el gobierno debería de permitir la libre importación de todos esos productos sin cuota y con un arancel máximo del 15%, obligando así a la libre competencia y protegiendo el derecho a la vida, especialmente de los más necesitados.

En lo relativo a medicamentos, donde igual que se ha producido en otros países, las cadenas de farmacias y de cierta forma las droguerías y o representantes de marcas de medicamentos, se han coludido y elevado la mayoría de medicamentos a precios mucho mayores que los que se pueden obtener en Nicaragua, México e incluso a nivel mundial, la Procuraduría de Derechos Humanos ha jugado un triste y hasta ridículo papel al opinar que esta inmoral e ilegal actitud debe castigarse con sanciones tan débiles y ridículas que los violadores se ríen de ellas.

En el tema más reciente de la inmigración de niños y adultos a través de México hacia los Estados Unidos, el Procurador, después de una “turné” en la ruta que siguen muchos migrantes que toman el tren que se denomina “la bestia” en su paso por México, nos repite lo que todo el mundo sabe: “que los migrantes centroamericanos y de otras nacionalidades son abusados, ultrajados y vejados por la policía de Guatemala y de México, ya no digamos en los Estados Unidos. No plantea ni sanciones ni soluciones en los tres problemas mencionados o en otros de los que existen en violación a los derechos humanos, por consiguiente su gestión al presente es estéril y onerosa.

¡Guatemala es primero!

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