Juan de Dios Rojas

Esto último, atinente a quedar hipotecados hasta la coronilla diversas y futuras generaciones de connacionales, quienes de verdad pagan impuestos aunque tienen calidad de pobreza vergonzante, privándose en realidad de satisfacer sus reales compromisos hogareños, en condiciones limitantes de verdad.

Los tecnócratas, aliados por supuesto a todo aquello devenido de la moderna tecnología (de punta, agrego yo) poseen iniciativas de la materia, tan llevada y traída, a como dé lugar, el magín focalizó a todo color y en pantallas tridimensionales, el aludido anteproyecto de presupuesto general de ingresos y egresos de la Nación, para el año 2015, muy campantes, sin duda alguna.

El conglomerado, al instante, hace la obligada interrogante a propósito, ¿de dónde más saldrán esos fondos de 70 millardos? ¿Podrá ser factible tan fabulosa cantidad en la presente época de crisis económica, imposible de ocultar sea como sea? Empero, añadimos algo al respecto, ¿tendrán seguros los pies sobre la tierra, dado que tal cuestión si llega prosperar, vendrá a ser el tiro de gracia?

Inclusive, es algo semejante del orden humorístico, muy en boga por generaciones correspondientes a nuestros antepasados. Decían, por ejemplo: están vendiendo el cuero antes de matar el venado. Basta ya de meros ensayos y pruebas, consecuencia de carecer de plan general de gobierno, el cual sí de verdad señalaría bien, sin tropiezos, los caminos debidos a seguir.

Los “léidos y escrebidos” en estos asuntos que marean en todo sentido a la, o las, iniciativas de millardos, palabrita es el decir, sin embargo, su significado es palabra mayor. Usual en gobiernos de experiencia firme en tales manejos, sobre la base de ingresos seguros. Sobre todo, aceptado de buena manera por sus contribuyentes que les devuelven con obras bien estructuradas.

Cae de su peso el ingrediente que los mencionados millardos solucionarán el evento eleccionario venidero de votaciones generales en el país. A cuyos funcionarios se les han salido los humos a la cabeza al instante. Con la conocida anticipación, de sobra sabida. Motivo seguro de gastos superfluos, movidas chuecas, con el fondo distante de transparencia y honestidad.

Muy a menudo suceden en nuestro entorno asuntos calificados de sorprendentes causando tensiones mayúsculas, ajenas a las buenas, a los hechos correctos y limpios. A ese ritmo veloz, superior a lo habitual, estamos llegando a lo inaudito, que deja cariacontecida a la población irredenta. Engañada una e incontables veces; sin embargo, fácilmente volvemos a caer de tontos.

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