Marco Tulio Trejo Paiz
Defraudan al fisco los administradores, los vistas y demás personal subalterno, quienes a la vez cuentan con coyotes que se las traen todas…
En la temporada prenavideña, el contrabando de toda clase de mercaderías enriquece de la noche a la mañana a los burócratas corruptos de las mencionadas dependencias.
El whisky es uno de los artículos que producen muchas millonadas a los contrabandistas que lo expenden bajo techo y en la calle…
Los liderejos de barriada del partidismo se exhiben como gritones propagandistas en los mítines de las campañas político-electorales con la pretensión de que se les tome en cuenta a la hora de despanzurrar la piñata. Las chambas de vistas de aduana son las apetecidas, y es la razón de su proceder como vocingleros que se dan visibilidad ante los que empujan las organizaciones partidarias.
Durante un régimen de gobierno corrupto de últimas hornadas, el contrabando de café proveniente de El Salvador y de otros países del istmo pasaban los bordes territoriales luengas caravanas de furgones repletos del grano de oro, y cada furgón dejaba miles y miles de quetzales en los bolsillos de los “honorabilísimos” defraudadores fiscales…
Algunos funcionarios de mando y empleados sufragáneos deshonestos, tras ser descubiertos fueron capturados y puestos a disposición de los respectivos tribunales de justicia del orden penal, pero como sus cuentas bancarias generaban bonanza, contaban con buenos fajos de billetes para sobornar a jueces, secretarios y otros larguiruchos para salir airosos, muy ufanos y con ganas de seguir la acción multimillonaria y… ¡santos en paz!
A estas fechas, no se desprenden unos que hicieron buenas migas con el contrabando aduanero fronterizo y capitalino, pero… ¡asómbrese, estimado lector!, no obstante seguir enjuiciados, hay quienes se encuentran libres bajo fianza y succionando las ubres de la vaca lechera; es decir, del superinflado presupuesto de la nación.
¡La evaluación de carricoches es muy productiva!…