Carlos Figueroa Ibarra

Los datos de Correa fueron apabullantes. Ecuador ha salido de la noche neoliberal y el posneoliberalismo ha logrado frutos impresionantes. Entre 2006 y 2013, la pobreza cayó de 37.6 a 25.6% y por primera vez la extrema pobreza se mide en un dígito, pues bajó de 16.9 al 8.6%. Bajó la desigualdad, pues disminuyó en un 8% la concentración del ingreso mientras el porcentaje del PIB destinado a la deuda social subió de 4.8 a 11.4% entre 2006 y 2013. Durante los gobiernos de Correa la PEA cubierta por la seguridad social pasó de un 26 a un 43%. Los salarios han crecido al extremo de que hoy se ha equiparado al salario mínimo con el salario digno, aquel que hace vivir a las familias con dignidad.

La falacia neoliberal de que es necesario incrementar la riqueza para luego distribuirla se ve refutada cuando se sabe que Ecuador ha crecido en promedio 4.3% mientras la tasa de desempleo está en 4.3%. Esto se ha logrado aumentando los ingresos públicos a través de tres medidas: combatiendo la evasión fiscal (sin subir impuestos se ha triplicado la recaudación), se percibe un porcentaje mucho mayor de la renta petrolera que antes se entregaba al capital transnacional y el servicio de la deuda se redujo del 24 al 5% entre 2006 y 2013. En el largo plazo Ecuador le está apostando a la educación, la ciencia, la tecnología y la calidad de vida. En todos estos años la inversión en educación subió 4.3 veces y en salud otras 4.6. Hoy el porcentaje del PIB destinado a la educación es de 2%, más alto que el de los países de la OCDE. Otra falacia neoliberal ha caído: la de que el mercado es la solución. En Ecuador el Estado tiene una tasa impositiva de 20% del PIB y la tasa de inversión pública más alta de la región: 15% del PIB.

La derecha en Guatemala ha destacado que en Ecuador no existe libertad de prensa. Vana defensa ante datos tan apabullantes. Hoy Correa camina con paso firme y señala el camino.

Artículo anteriorEncuestas y candidatos presidenciales
Artículo siguienteAdmiración por los mediocres