John Carroll

Mentirosos, farsantes, charlatanes pero muy buenos políticos, al menos en estas latitudes. El día de ayer se reunieron en Guatemala una serie de mandatarios y exmandatarios para discutir nuevos modelos de desarrollo para la región. Existen algunos pocos decentes dentro del grupo, pero ninguno de ellos líder indiscutido de desarrollo. ¿Por qué habría de salir alguna buena propuesta de un equipo de analistas que nunca tuvo éxito en modelos de desarrollo? Ni salió, ni saldrá nada positivo del encuentro porque sus creadores son cuando mucho mediocres administradores y fracasados líderes que mientras estuvieron en activo no alcanzaron niveles de desarrollo para sus pueblos que podamos admirar o imitar.

Platicaron de cómo reducir la pobreza, pero nadie les recordó que ellos no pudieron. Platicaron de la seguridad, pero todos estaban resguardados por un séquito de seguridad que hace imposible que palpen el grave problema. Platicaron de la migración, pero todos llegaron a nuestro país en cómodos aviones, de los privados o de los comerciales. Ninguno de ellos caminó durante tres días para llegar a la cumbre. Platicaron de seguridad alimentaria, pero todos ellos disfrutaron de las deliciosas viandas del hotel donde se reunieron. Seguramente comieron carnes importadas, verduras del exterior, de aquellas que están genéticamente modificadas y que en estos días le quitan el sueño a más de algún activista.

Dicen las notas de prensa, que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se echó un discurso apasionado de aquellos que esa mara tanto valora, casi dos horas de babosadas populistas para agrado de los asistentes que aplaudían como siervos cuando Correa condenó, de acuerdo a Prensa Libre, la “insultante opulencia” y calificó de “balas que atentan contra la dignidad”, pero eso sí, muy bien acomodados en hotel de cinco estrellas, con vehículo blindado, y cierre de calles. Todo para que los señores pudieran salir con la brillante idea de promover un “nuevo modelo de desarrollo” para el desarrollo de las mayorías –las minorías que se chinguen– mediante el uso racional de los recursos y la inclusión de todos los sectores sociales. Típico discurso del populista consumado, que para proponer todo no propone nada. No faltó tampoco el efusivo saludo a los “compañeros, familia indígena ancestral…..”

En fin, nadie con dos dedos de frente y con la honestidad moral del caso puede tomar en cuenta los consejos de políticos como Rafael Correa que constantemente atropella derechos básicos de su población y que sabrá Dios, cuándo salga del poder que lo empieza a envolver. La crítica para Correa y semejantes se puede hacer desde este vespertino con total libertad, contrario al caso de Ecuador. No admiremos a mediocres.

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