Francisco Cáceres Barrios

Para refrescarle la memoria a los señores del Transurbano, ellos fueron los que salieron presentando, allá por el mes de julio de 2010, cuando el expresidente Colom utilizó la llamada innovación como bandera política para impulsar la candidatura política de su exesposa Sandra Torres, que sería un servicio “digno de transporte para que el público se sintiera cómodo y con toda seguridad” y desde entonces se hizo notar que los autobuses no permitían el ingreso ni el egreso rápido y cómodo de los discapacitados, por lo que no dudaron en ofrecer en traer vehículos especialmente diseñados para ello.

Desde un principio todo fue puras mentiras en el Transurbano. Hablaron de poner al servicio del público 3,150 buses y a estas alturas no han podido poner ni los 500. También se aseguraba que brindaría un sistema de seguridad para los pilotos y los usuarios pero, ¿quién ignora que cuando menos se pensaba quitaron a los policías aduciendo no tener los recursos para seguirles pagando sus emolumentos? El Estado guatemalteco con el dinero aportado por todos los que pagamos impuestos ha contribuido mayoritariamente al sostenimiento de este pomposamente llamado “Sistema Integrado Guatemalteco de Autobuses”. Por ello, no solo continúa recibiendo multimillonarias sumas de dinero a través del subsidio, además del financiamiento para la compra de los autobuses y de un montón más de beneficios. ¿Por qué llamarlo ahora un “transporte privado”?

Cuando la población clamaba hace ya más de dos años la elección de un líder político de “mano dura”, no solo se refería a combatir a la delincuencia que nos sigue haciendo la vida a cuadritos, sino a la aplicación justa y equitativa de la ley. Sin embargo, todo ello también resultó en puras mentiras. ¿No es verdad que la Constitución garantiza que el Estado debe proteger a los minusválidos, como a la integridad y seguridad de la persona humana y hasta intervenir las empresas que prestan servicios públicos esenciales para la comunidad cuando se obstaculice su funcionamiento?

Artículo anteriorPifias de Comisionados
Artículo siguientePese a los derechos civiles, se sigue estereotipando