Félix Loarca Guzmán

La cirugía fue todo un éxito. La misma se realizó en el Hospital Hermano Pedro situado en el Anillo Periférico zona 11 de la ciudad de Guatemala. Este centro asistencial pertenece a la Compañía de las Hijas de la Caridad de Guatemala, y es todo un ejemplo de buen servicio, distinguiéndose porque no lucra con el dolor ajeno, ya que sus precios son razonables.

Yo quedé bien impresionado, por la magnífica atención que se brinda a los enfermos con una abnegación sin límites, evidenciándose una profunda vocación de eficiencia de parte de todo el personal médico, de enfermería, de administración, de mantenimiento y del que tiene a su cargo la preparación de los alimentos.

Hay que destacar además, que los preciosos jardines que existen en este hospital, así como la escrupulosa limpieza que se nota en todos los ambientes, son factores que contribuyen al rápido alivio de los pacientes.

Cuando estaba iniciando mi recuperación, después de pasar por la experiencia de la operación, vino a mi mente que si en los hospitales públicos, incluyendo a los del Seguro Social, hubiera por lo menos el 10 % del buen servicio que se brinda en el Hermano Pedro, otro gallo nos cantaría en nuestra dolorida patria Guatemala.
Desdichadamente, lo que abunda en los hospitales públicos, es una deficiente y tardía atención, con malas caras, prepotencia, trámites engorrosos en medio de una burocracia que lastima y que ofende a los guatemaltecos.

En mi caso personal, el susto ya pasó, y no tengo palabras para agradecer la comprensión y apoyo de los médicos, y de todas las personas que intervinieron para resolver este problema de salud, así como por la solidaridad de mi familia, de mis amigos, de mis colegas y de los Directivos del Instituto de Previsión Social del Periodista, encabezados por la licenciada Lucía Dubón, quienes no vacilaron en brindarme el respaldo necesario para enfrentar este desafío.

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