Juan Antonio Mazariegos G.

Los preparativos para la reunión, por parte de los países del denominado Triángulo Norte, pasaron por las expectativas lógicas de involucrar a Estados Unidos en la problemática, a través de fomentar el desarrollo de nuestros países, permitiendo de esa manera que los menores no tuvieran la necesidad de huir de las condiciones de violencia y ausencia de oportunidades que sufren aquí. Sin embargo, la retórica de Obama que les esperaba resultó muy distinta y el Presidente norteamericano procedió a exigir a los Presidentes que le visitaban que incrementaran las medidas para impedir la constante migración de menores hacia aquel país, sin que ofreciera ningún tipo de colaboración concreta para tal efecto.

Por supuesto, la posición de Obama es entendible, se enfrenta a una situación legal en la que aproximadamente 50 mil menores, no acompañados, deberán seguir un proceso especial para determinar su situación migratoria y poder ser expulsados, pues en su oportunidad el expresidente Bush emitió una ley que determina que si se trata de menores indocumentados éstos tienen derecho a un trato preferencial y a asistencia del Gobierno por su condición de personas desvalidas o desamparadas. Hoy sabemos que Obama ha tenido que solicitar a las Cámaras que le autoricen fondos hasta por 3 mil 700 millones de dólares para hacer frente a la crisis migratoria, amén a la crisis política que también se ha desatado desde los distintos sectores norteamericanos que van desde quienes exigen la más inmediata deportación de los menores, hasta quienes sostienen que es deber de Estados Unidos acogerlos y protegerlos.

El punto final a la discusión lo puso el vicepresidente Biden en declaraciones que este vespertino público en su edición del día de ayer jueves realizó, cuando criticó los 3 Estados y afirmó que nuestros países no estaban preparados para enfrentar un programa de ayudas y reformas como en el que su oportunidad se denominó Plan Colombia y que consistió en un acuerdo bilateral entre EE. UU. y Colombia que permitió al primero destinar más de 7 mil 500 millones de dólares en ayudas a ese país para el fortalecimiento del Estado y combate al narcotráfico.

Visto lo relacionado, Estados Unidos ha fijado su posición, en mi opinión la predecible y será problema nuestro resolver la crisis migratoria, buscando alternativas que cuando menos en el horizonte no se vislumbran.

Artículo anteriorAl rescate de la calidad docente en América Latina
Artículo siguienteNo hay carga fiscal que pueda aguantar