John Carroll
El virus del Ébola tiene números históricos de muerte espeluznantes con cifras de mortandad que pueden llegar hasta el 90% y seguramente esta tasa tiene mucho que ver con la capacidad de reacción de las autoridades en cuanto al control y manejo de pacientes infectados.
La humanidad ha superado, en muchísimas oportunidades de la historia, los brotes de este virus pero, lamentablemente los laboratorios farmacéuticos no han podido encontrar la forma de alinear los intereses económicos del costo en investigación y desarrollo para con los intereses médicos o científicos. El caso es que para cuando usted lea este artículo el número de muertos por padecimientos generados por el virus en nuestros cuerpos seguramente estará por encima de los mil. Esta aparición del virus del Ébola ha sido la más mortífera de la historia registrada. Bien hicieron los españoles y americanos que sacaron a sus compatriotas del territorio noroeste de África para tratar a los enfermos en hospitales de primera línea y hacer todo lo posible por no convertirlos en estadística.
Es importante hacer un llamado a las autoridades de nuestro país para poder estar preparados por aquello de que un día la crisis se convierta en realidad guatemalteca, porque con las graves carencias de equipo, instalaciones y personal que tenemos una crisis de estas seguramente nos dejaría muy mal parados. También será importante la coordinación con los países vecinos, ya que el virus puede tardar hasta 15 días en manifestarse, tiempo suficiente para que el infectado viaje y no se le pueda detectar a tiempo.
Esperemos pues que el reciente brote del Ébola en el África quede en eso solamente y no se convierta en una pandemia. Para cuando usted lea estas líneas más de mil personas habrán muerto en África derivado del presente brote de unas semanas para acá.