Carlos Figueroa Ibarra.
Los israelíes prohíben la importación de materias de construcción con el pretexto de que Hamas los utiliza para hacer túneles militares, lo cual no es cierto en tanto que el uso de esos materiales se encuentra supervisado por la ONU. El campo de concentración más grande del mundo enfrenta así una estremecedora crisis humanitaria: casi 2 millones de palestinos viven con energía eléctrica y agua limitadas, mientras las aguas negras se hacinan sin poder ser procesadas. El bombardeo y las restricciones israelíes impiden las reparaciones de los daños que los crímenes de guerra de Israel están ocasionando. En este contexto 64 israelíes, buena parte de ellos soldados, han perdido la vida.
Así las cosas, leo que los actores Javier Bardem y Penélope Cruz están siendo atacados por judíos radicales y también por el establishment de Hollywood que es predominantemente judío. La pareja española cometió el crimen de firmar un memorial junto a Pedro Almodóvar y otros artistas condenando el genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino. Entre los que atacan a Bardem y Cruz se encuentra el actor Jon Voight cuyas declaraciones son verdaderamente infames: lamenta con dolor el antisemitismo de los actores españoles y diagnóstica que Israel es el único país democrático de Medio Oriente. Cuando llevo ya varios años enseñando a mis alumnos de posgrado en sociología lo que fue el genocidio de judíos por los nazis me pregunto: ¿acaso ser antisionista significa lo mismo que ser antisemita?
Confundir ambos conceptos ha sido la trampa que el Estado de Israel ha construido para enfrentar los ataques de los que puede ser objeto por los actos genocidas que desde hace muchos años ha cometido contra los palestinos. El horror que nos causa a todo el mundo el genocidio de 6 millones de judíos por los nazis origina en muchos el temor de ser estigmatizados como antisemitas por el hecho de condenar los crímenes de guerra israelíes. La falacia que confunde el antisionismo con el antisemitismo se cae fácilmente cuando uno sabe que en el propio Israel existen muchos judíos que se movilizan contra los crímenes que está cometiendo su Estado. Soy antisionista porque hoy sionismo es sinónimo de un racismo que busca destruir al pueblo palestino. Eso no me convierte en antisemita porque también creo en el derecho del pueblo israelí a un territorio y a un Estado.
Seguramente Javier Bardem y Penélope Cruz suscribirían mis anteriores palabras. Pero hoy por hacerlo, probablemente sus carreras estén en peligro.