Pero ha sido evidente que a los miembros de las comisiones les vale muy poco las preocupaciones que pueda haber para convertir en transparente los procesos y lo que en un principio se pensó como el mejor método para establecer filtros que garantizaran un verdadero esfuerzo por decisiones de bienestar para el país, se ha convertido en la junta en que se encuentra de inmediato el escondite legal para hacer lo necesario para mantener turbio un proceso que, lamentablemente, tiene muchísimo que ver con el futuro de impunidad y corrupción que sufre nuestro país.

Porque los comisionados parece, como ha sido en otros procesos, que ya traen elaborados los listados finales y solo cumplen con las etapas para “taparle el ojo al macho”. Los antojos y las interpretaciones que hacen, retuercen un proceso que ya está suficientemente enredado por los entretelones que se encargan de colocar los grupos de interés.

Y es valioso el aporte de los ciudadanos que ejercen el papel de fiscalización y será importante también que se mencionen y se recuerden los nombres de los comisionados porque no puede ser que eternamente vayan a tener la posibilidad de salirse con la suya quienes han sido los facilitadores de llevar a cabo los pactados nombramientos que se avecinan.

Pero también es ahora cuando hace muchísima falta el peso moral de una Corte de Constitucionalidad que ha actuado en varias oportunidades como una instancia que emite resoluciones más por antojo que por derecho y que por ende ha abierto muchas puertas a las dudas y a las críticas.

El tema de la idoneidad de los candidatos es fundamental y se estableció en las Comisiones de Postulación para comparar las habilidades con la solvencia para utilizarlas en el bien. Por ejemplo, el narcotraficante Pablo Escobar era un tipo brillante pero puso su cerebro al servicio del mal. ¿Cuántos capaces como él habrá, que no son idóneos para ocupar el puesto de magistrados?

Sin embargo ahora el problema es la misma idoneidad pero de los comisionados que pareciera que ya tienen amarrado el trato y ya están listos para hacer lo que les da la gana con los expedientes que tienen al frente.

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