Se ha mencionado que son alrededor de 60 mil menores los que han sido “traficados” por los coyotes que iniciaron la eficiente campaña sobre la posibilidad de quedarse en el país del norte a todos aquellos que entraran antes de la cacareada reforma migratoria, haciendo posible que dichos individuos relanzaran su mercado con una millonaria multiplicación de dólares.
Pero esos 60 mil menores son los que se sabe dónde están y de quienes por las condiciones en que se encuentran han ameritado que se les dé una atención y solución pronta y eficiente que aliviane la inhumana e inusual situación en la que viven tras haberse aventurado a buscar ese futuro más prometedor.
Sin embargo, hay otra cifra, una cifra negra, que es la de aquellos niños que han salido y no han llegado; aquellos que están ya sea desaparecidos o secuestrados en medio del camino donde estos delincuentes que les “guían” han decidido retenerlos hasta que las familias les paguen más de lo que en un principio habían pactado. ¿Cuántos habrán fallecido?
Las condiciones para llegar a Estados Unidos son durísimas para cualquier persona con plenitud física. Se tiene que caminar, atravesar ríos, subir todo tipo de vehículos (tal el caso del tren conocido como “La Bestia”), recorrer desiertos a altísimas temperaturas y sin agua, etc., con la presión de estar siendo posiblemente observados y perseguidos por las patrullas fronterizas. Si a esto se le suma que los mismos coyotes andan con la intención de violar, vender a las personas o secuestrar a sus “clientes”, cualquiera con dos dedos de frente entiende que la ruta hacia el norte es un camino hacia la muerte o una travesía de angustia.
Es por ello que consideramos importante que la visita que hace el Procurador de los Derechos Humanos, Jorge De León, sea parte de la identificación de esos permanentes riesgos que recorren muchos hombres, pero que sufren más las mujeres y los niños. Será de importancia que se logre divulgar con autoridades y entidades sociales el resultado del viaje para que se le pueda dar una atención mucho más dirigida a quienes en su total desesperación han decidido que esta ruta es la mejor.