El Congreso de la República, es uno de los tres poderes que conforman el Estado Republicano de Guatemala. Tienen marcada incidencia en todas las entidades del gobierno y en estos días ha estado bajo la lupa de la población, al incrementarse ilegalmente en noviembre anterior, el salario para equiparse al de los magistrados de las Cortes de Apelaciones; se han negado a integrar el quórum antes del receso de medio año, con el descaro de recibir el incremento hasta el presente mes, pese a que hay una resolución de la Corte de Constitucionalidad para analizar y revertir el incremento.
En los últimos años el Organismo Legislativo, ha sido integrado por sujetos con vínculos con narcos, el sector privado, tienen mínima capacidad para ser dignatarios, ser los verdaderos representantes del pueblo. Varios se han reelegido haciendo ofrecimientos en sus distritos, asociándose con alcaldes que hacen tranzas con el sector privado, para negocios espurios y políticos y no cumplen con las promesas de campaña.
En el proceso de octubre anterior, para seleccionar y elegir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones, se alinearon todos los bloquees para elegir a los togados que no fueron sometidos a una evaluación de capacidad, idoneidad, y honradez y los resultados son visibles con las resoluciones politiqueras e ilegales de los que administran justicias.
La décima legislatura es similar a la que a ultranza dirigió el corrupto ex presidente y diputado al Parlacen Alejandro Giammattei, período de la 9ª Legislatura, fue dirigida por Shirly Rivera y Allan Rodríguez Reyes y ahora en dos períodos al hilo por el ex director policial Nery Ramos, que se ha cambiado de partido, ahora es sub subsecretario del Partido Cabal, que no tiene el menor liderazgo para dirigir una entidad eminentemente política y esta cuasi asociado con la banca oficial del Movimiento Semilla.
Los grupos políticos del Congreso tratan la manera de armonizar y hacer acercamientos con miras al próximo proceso electoral, situación que a distancia se ve cuesta arriba, porque cada bloque tiene posiciones distintas y luchan por reelegirse y designar a candidatos al ejecutivo, sin un perfil de honradez, capacidad y capacidad. Los bloques que se han conformado en el Congreso, cada uno quiere tener liderazgo y pugna por su reelección, situación que el guatemalteco honrado no debe permitir y elegir a ciudadanos con una hoja de vida conocida, no a los mismos, pues como se conoce varios de ellos han sido imputados de tener contactos con narcos y han sido reclamados para su extradición a los Estados Unidos.
Desgraciadamente la política en Guatemala, en los últimos años ha estado en desprestigio por los sobornos que los gobiernos pasados entregaban a los legisladores, que lograban colocar a sus parientes y allegados en puestos importantes en la administración pública y ahora Bernardo Arévalo, ha sido claro en no dejarse sobornar ni entregar sobornos a los llamados padres de la patria.
No hay que dejar en el tintero que la actual legislatura en los próximos meses tendrá un rol importante en la selección, elección y nombramiento de los futuros magistrados de política e incapaz, Corte de Constitucionalidad, Tribunal Supremo Electoral y otras entidades y se sabe que los de la oposición se han asociado a la Fiscal General y Jefa del Ministerio Público María Consuelo Porras, para que sea ella su representante ante el máximo tribunal constitucional, situación que no debe permitirse.
Los futuros diputados que sean elegidos en el próximo proceso electoral deben dignificar a ese corrupto organismo y ser verdaderos representantes del pueblo y se insiste en no reelegir diputados ni alcaldes, que todos son incapaces, hay corruptos por excelencia.