El país en los últimos meses, ha estado sumergido en una ola de violencia. Las estadísticas dan a conocer que la violencia en la república, se ha intensificado, los antisociales se han organizado para cometer toda clase de fechorías y las fuerzas de seguridad combinadas con unidades del ejército, han intensificado sus protocolos de capturas, pero los delincuentes le ganan “la partida” a la policía porque los crímenes están a la orden del día y ahora zonas de prestigio han sido víctimas de la ola delincuencial. 

Todos merecemos una Guatemala mejor. Los políticos son corresponsables de la crisis institucional que estamos sufriendo. El Congreso, en su décima legislatura, volvió a ser atrapada por los corruptos que han tenido al país en una crisis institucional sin presentes. Los diputados que se dicen de la oposición han librado una lucha de poder contra la junta directiva del Legislativo, llegándose al extremo que han intentado “dar un golpe de Estado” a los dirigentes de la máxima representación nacional, según lo ha dicho reiteradamente su presidente el ex director policial del Partido Cabal, Nery Ramos y Ramos. Culpa el dignatario a los legisladores Allan Rodríguez y Álvaro Arzú Escobar de esa trama. 

Están en el país distinguidos representantes de la Comisión de Derechos Humanos Internacional y otros personajes de prestigio para hacer una evaluación en el comportamiento de los funcionarios del Ministerio Público y el Organismo Judicial, al recibir denuncias que los responsables de esas entidades, han trastocado la constitución y han violentado el Estado de derecho, al iniciar acciones espurias y políticas y no han cumplido con el juramento cuando tomaron posesión y han sido considerados funcionarios indignos y antidemocráticos. 

Los diputados de la actual legislatura, han sido considerados indignos y repudiables por todos los guatemaltecos, al incrementarse un salario que no les hace merecedores, porque el pueblo se está muriendo de hambre, con la marcada pobreza en todo el país y han llegado al descaro de no asisten a las sesiones del pleno para conocer en torno al aumento que no tenía un estudio y análisis previo y que es abiertamente ilegal.

Como lo hemos dicho y lo reiteramos Guatemala, se merece un destino menor y nos es posible que el jefe del ejecutivo, no armonice con los otros poderes del estado y todo esto está llegando al país a una bancarrota rota total, con tanto crimen que ha dejado familias desintegradas y en una pobreza total. Todos debemos pugnar por una Guatemala mejor, sin violencia y sin corrupción.

Walter Juárez Estrada

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