El pueblo no debe quedarse de “brazos cruzados”, debe unirse a los cantones de Totonicapán quienes han accionado en la Corte de Constitucionalidad, para que se revierta la decisión del Congreso y revoque el incremento salarial de los diputados. Para hacer memoria el pasado noviembre tras aprobar el presupuesto general de gastos de la nación para el ejercicio fiscal del año 2025 los diputados del Congreso de la República se aumentaron su salario equiparándose con el salario que devengan los magistrados de las Salas de Apelaciones. Cabe mencionar que dicho incremento salarial carece de un dictamen técnico y objetivo para dicho incremento como regula la ley.
Pero cabe indicar que mientras al guatemalteco común solo le subieron el 10 por ciento al salario mínimo de los que están regulados en la economía formal, el guatemalteco común especialmente del área rural, tiene que hacer milagros para sobrevivir y darle mantenimiento a sus familias.
Tanto en el pasado como hoy en día, los connacionales son forzados a migrar, exponiéndose a morir para llegar a los Estados Unidos, hipotecar sus bienes para enfrentar el coste de cruzar la frontera y buscar el ansiado “sueño americano”, sus ilusiones para buscar un medio de vida, se han visto frustrados con la administración Trump, férreo enemigo de los migrantes que los odia a muerte. No hay que olvidar también el alto coste de vida al dispararse la canasta básica en todos los productos de consumo básico, afectando esta alza a millones de familias, especialmente los que por años se han visto en pobreza y en pobreza extrema.
El presidente Nery Ramos inicialmente dijo que la Junta Directiva no había aprobado el incremento, posteriormente se retractó públicamente, al ser informado que en su ausencia los directivos habían aprobado el incremento según acta que se faccionó, fue claro en decir que para esa aprobación no se había hecho ningún estudio previo y había dictamen que avalara esa aprobación y desconocía si habían fondos para la exigencia de los diputados.
En febrero pasado, se autorizó el pago de 46,700 quetzales mensuales a los legisladores, incremento que no incluye dietas, los viajes que con frecuencia hacen los legisladores con gastos pagados por el Organismo Legislativo; además, cado diputado tiene la libertad de contratar asesores y tener otros beneficios y hacer negocios con los alcaldes y empresarios para que les adjudiquen redes viales cobrando millonarias sumas de dinero.
No hay que dejar en el tintero que los presidentes del Legislativo, en su gestión tienen la libertad de contratar asesores, hecho que da lugar a crear plazas fantasma, como ha sido denunciado con frecuencia en todos los gobiernos. Ejemplos hay muchos: el último, el encausamiento del ex presidente del Congreso Luis Armando Rabbé Tejada, que el día siguiente que resignó el cargo, fue informado que había orden de captura en su contra por las acciones que había promovido el Ministerio Público, por las plazas fantasma en su gestión. Por un tiempo Rabbé se refugió en México, pero al retornar al país se le aprestó y hay varios procesos en su contra.
Los que se oponen a ese absurdo incremento que se autorrecetaron los diputados, demandan en las acciones que han sido promovidas en el ente Constitucional, se deje sin efecto el incremento salarial y se obligue al legislador que ya lo recibió en febrero a devolverlo. Hay que decir también que hubo diputados que se opusieron al incremento y se han unido a ese rechazo, porque consideran que es ilegal y atenta contra la pobreza y la crisis que a diario se denuncia en el ramo vial y en todos los centros hospitalarios donde el personal medio hace milagros para salvar vidas.
Se anuncian protestas en la capital y en el interior del país de todos los grupos que con justa razón y derecho adversan el incremento salarial de los diputados que varios devengan salario, sin llegar a trabajar y no tienen la menor capacidad de hacer un dictamen con leyes para beneficiar a los guatemaltecos, especialmente los que viven con extrema pobreza y hacen milagros para sobrevivir. Esos grupos demandan la renuncia de los diputados que no deben olvidar que fueron elegidos por el pueblo y el pueblo también los puede quitar, varios se han reelegido por años sin hacer nada productivo para el guatemalteco.