Walter Juárez Estrada

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La columna vertebral de una democracia es la conformación de un Estado de Derecho. El Organismo Judicial, es uno de los tres poderes del Estado y su función está regulada en la Constitución Política de la República y su Ley Orgánica. Actuar con imparcialidad, sin pasión,e intereses personales. Se cumplió con lo que regulan las leyes de la materia, los funcionarios judiciales asumieron sus cargos de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Salas de Apelaciones y otros tribunales colegiados en la fecha prevista.

Desafortunadamente, los nuevos magistrados del máximo tribunal de Justicia, dieron de entrada un tropezón. Varias horas se reunieron a puertas cerradas en el Palacio de Justicia, para organizar las cámaras y elegir al presidente de ese alto organismo. No hubo consensos, la reunión duró varias horas, al entrar el conflicto de quién de los 13 magistrados sería el ungido para dirigir por un año de alto organismo. El Congreso de la República, estaba a la espera de juramentar al nuevo presidente de ese Alto Tribunal de Justicia. Las horas pasaron, y dio lugar a hacer especulaciones del porqué de la mora. Por lo tanto, el presidente Nery Ramos, se vió obligado a levantar la sesión, al recibir una nota de la Secretaría de la Corte, donde informaba que se había designado como presidente interino a Carlos Ramiro Lucero Paz.

Ese estira y encoge de los magistrados del máximo tribunal de Justicia, dio lugar a especulaciones y un mal mensaje a la población. Se llegó a decir que Ramos y el diputado opositor Allan Rodríguez Reyes, habían logrado acuerdos para que fuese Lucero, originario de Jutiapa,  paisano del presidente del Legislativo,  la persona ideal para ser elegido con 9 votos de los 13 magistrados. La mayoría de magistrados, abiertamente se opusieron a Lucero y fue aquí donde se dio la controversia. Por varias horas no lograron armonizar, optando por elegirlo interinamente.

El organismo judicial se somete a un gran reto en su gestión. Se han hecho serios señalamientos a esa entidad, por las resoluciones de los anteriores funcionarios de justicia que se plegaron a intereses espurios y políticos, se asociaron con el Ministerio Público, para resolver acciones que no encuadran en un  Estado de Derecho, lo que obliga a los nuevos funcionarios, hacer una    reingeniería a fondo de los jueces que no han cumplido con lo que norma la ley. Se espera que ese alto organismo deseche todas las sindicaciones e imputaciones que no encuadran y tienen tinte político para encausar a personas que no son del agrado del ente investigador.

Es necesario que se desmarquen y encuadren sus decisiones en lo que dice la ley,  eviten presiones foráneas, que el pueblo vuelva a confiar en un organismo que está institucionalizado para impartir justicia, que sea una verdadera Corte Suprema de Justicia, de credibilidad, honradez, decoro y profesionalismo y que los 13 magistrados demuestren que no fueron seleccionados y elegidos por  parentesco y la armonía que tienen con  diputados, que lograron su objetivo de designarlos en esos cargos a sus más cercanos colaboradores, hecho que ha sido censurado en todos los ámbitos del país.

Se espera que con el correr de los días, los meses y los años, los nuevos funcionarios del Organismo Judicial, jueces de primera instancia, Salas de Apelaciones y otros  tribunales colegiados, estén conscientes de que juraron respetar la Constitución,  que es el pueblo el que quita… y también pone.  No se presten a presiones políticas o personales, porque va en desmedro de una entidad que debe dar confianza y fé en sus resoluciones.

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