Walter Juárez Estrada

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El Congreso de la República es eminentemente político, por su conformación. Los diputados dejaron por un lado las pugnas que han tenido, armonizando  la elección de los funcionarios judiciales, evento que fue monitoreado por la comunidad internacional, grupos sociales y etnias de diferentes regiones que solicitaron la no reelección de los magistrados, petición que fue desacatada.

El proceso de elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia fue maratónico, sin valorizar los méritos académicos y profesionales de los elegidos, votación que no fue de viva voz y voto razonado, sino electrónico. Los mismos operadores que por años han amañado y presionado a los comisionados jugaron  papel de primera línea,  logrando sus objetivos. Tres de los magistrados de la CSJ fueron reelegidos y, tienen serios señalamientos por las denuncias que hizo la ex CICIG, en el caso de las comisiones paralelas 2019 para elegir a los funcionarios judiciales en esa época.

Los operadores que por años han sido pieza clave en esos procesos, hicieron acercamientos en privado con los comisionados, lograron su objetivo. Stuardo Gálvez,  su hermana Flor de María, fue elegida para la CSJ, Roberto López Villatoro, (el rey del tenis) su prima Flor de María García, escaló esa importante plaza. Diputados de todas las bancadas dejaron por un lado las desavenencias que han tenido y armonizaron para elegir a los nuevos funcionarios del Organismo Judicial, señalando que esa armonía, sea de carácter permanente en bien de Guatemala. Allan Rodríguez, diputado opositor, aseguró que varios de los elegidos han sido sindicados por actos irregulares en su función de magistrados por el gobierno de los Estados Unidos, pero que votó a favor,  por el bien del país.

Los ahora magistrados del más alto tribunal de justicia tienen la obligación de reencauzar la fe y la credibilidad que el pueblo necesita, no plegarse a los intereses espurios y políticos del Ministerio Público, que no ha cumplido con ser efectivamente auxiliar de la justicia y ha promovido acciones que desacreditan el qué hacer de esa entidad, judicializando el pasado proceso electoral, competencia  exclusiva del Tribunal Supremo Electoral.

La administración de la justicia necesita un cambio de forma y de fondo. Y ahora es el turno de los nuevos funcionarios limpiar las asperezas y la inmundicia que ha podrido el sistema de justicia. Si bien es cierto que los magistrados de ese alto tribunal tienen como obligación cumplir con lo que regula la ley, es conocido que cada funcionario de ese organismo tiene letrados y son los asesores, que redactan los proyectos de las resoluciones y los jueces  firman, previo a hacer algunas correcciones.

Si efectivamente queremos que la justicia cambie, es potestad de los que la administran hacer un trabajo honrado y digno y no sean simples suelderos.

El presidente Bernardo Arévalo mostró malestar por la forma en que quedó integrada la Corte Suprema de Justicia, y aseguró que los mismos corruptos de siempre, lograron su objetivo y espera que los nuevos magistrados cumplan con su deber con la patria y no permitan injerencia de grupos extraños para administrar pronta y cumplida la administración de justicia, que desde hace años fue cooptada, perjudicando al pueblo.

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