Walter Juárez Estrada

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La crisis hospitalaria ha sido por años los grandes retos que enfrentan los gobiernos, en parte por la corrupción, la superpoblación en los centros hospitalarios y el bajo presupuesto que asigna el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, perjudicando a miles de personas que diariamente acuden a los hospitales, en el área rural y en la capital.

En los regímenes pasados funcionarios de esa cartera enfrentaron procesos judiciales en los tribunales, al imputarles actos de corrupción. En varias ocasiones empleados menores de esos centros, se roban medicamentos, como ha sucedido en los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, por lo que es, aconsejable que las autoridades administrativas, sean rígidas con su personal.

El titular de la cartera salubrista, con pocos meses de haber asumido el despacho, Joaquín Barnoya, es un experimentado profesional de las ciencias médicas y tiene proyectado en su gestión, un agresivo programa y ha inaugurado inicialmente 37 puestos de salud en el área rural, especialmente en los departamentos de Sololá, Chiquimula, Alta Verapaz, y en zonas ixiles, donde la demanda de atención es a gran escala.

Su idea, indicó, tiene como fin recuperar los dispensarios municipales, pues dice que las corporaciones ediles tienen la obligación de auxiliar a los vecinos y evitar la migración a la capital, donde los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, están hacinados y tienen que hacer verdaderos milagros para atender a los miles de pacientes que a diario acuden en las madrugadas a hacer turno en las consultas externas y tienen que atender casos de enfermedades crónicas y los constantes percances de tránsito, especialmente de conductores de motocicleta, quienes por la gravedad de la lesión, permanecen varios meses encamados por la lesión, que representa erogación de varios miles de quetzales para la compra de medicamentos.

Otro problema que afronta la cartera salubrista en los hospitales, es la escasez no solo de medicamentos, sino de personal de enfermería y médicos con especialidades, por lo que es urgente que el Congreso, le asigne un presupuesto para evitar la crisis que a diario tienen que afrontar los directores de esos centros.

Barnoya dijo también que la medicina se ha superespecializado. El Hospital General como el Roosevelt, que tienen la mayor población de pacientes, han suspendido el ingreso de pacientes a falta de encamamiento y medicamentos y en relación al Roosevelt, se suspendieron por varios días las consultas, a raíz que personal médico y paramédico, recibió amenazas de bomba, situación que se superó luego del acuerdo con las fuerzas de seguridad, que ubicaron agentes en el área perimetral e interimetral.

Se espera que el Congreso apruebe el presupuesto general de gastos de la nación, para el próximo período, que los diputados actúen con criterio humano y no político y resolver así, la crisis que con frecuencia tiene ese ministerio, como otras carteras, entre ellas, educación y comunicaciones.

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