Walter Juárez Estrada

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En el gobierno del mal recordado expresidente Alejandro Giammattei, un grupo de diputados que conformó el llamado grupo de corruptos, se alineó al referido exgobernante, mediante pago de sobornos, dádivas y otros beneficios dinerarios, resolviendo a favor de las exigencias del exgobernante y ahora como el nuevo gobierno de Bernardo Arévalo de León, su programa de gestión es cero a la corrupción y no comprar a los organismos del Estado, los  legisladores han recurrido a bloquear todas las propuestas y proyectos de ley que ha impulsado el hijo del mejor presidente que ha tenido Guatemala, en su historia democrática, Juan José Arévalo Bermejo.

En fecha reciente el nuevo mandatario impulsó al legislativo un proyecto de ley, para modificar la Ley Orgánica del Ministerio Público, para facilitar por la vía legal, la renuncia o destitución de la Fiscal General María Consuelo Porras Argueta, que se ha constituido según el mandatario, como enemiga acérrima de su administración, quien en una resolución express la CC la amparó para no ser removida.

Los diputados que conformaron el grupo de corruptos en la legislatura anterior,  que se reeligieron, han manifestado por diferentes vías, que no modificarán la ley Orgánica del MP y por  consiguiente, se han plegado a la jefa de esa entidad, Porras Argueta. Los diputados han desoído el clamor popular que han pedido a la relacionada funcionaria, su dimisión o destitución. Las etnias de los cantones de Totonicapán, Quiché, Sololá y otros sectores, han dicho que de no cumplir el Congreso, con la propuesta de Arévalo, están dispuestos a manifestar y bloquear todas las carreteras del país, lo que sería un caos tremendo y puede dar lugar a serios conflictos y que la fuerza pública, evite esos bloqueos que va en contra de la economía nacional, que cada día se desgasta más.

Llamamos a la reflexión a los diputados especialmente a los 90 que fueron elegidos en  los comicios del año pasado, que procedan a cumplir con el pedido presidencial y evitar un caos y desórdenes públicos y en aras de la tranquilidad nacional, exhortamos a la abogada Porras Argueta, a que por su propia voluntad deje el cargo en aras de la tranquilidad nacional, pues mantenerse en pugna con Arévalo, la pone entre la espada y la pared.

Porras Argueta, en la conferencia de prensa, donde refutó las declaraciones de Arévalo, se le vio con el rostro alterado y fue escoltada por todo su personal, a quien obligó a uniformarse, dando muestras de prepotencia y altanería.

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